"Yo mismo, con sencillez republicana, le abrí la puerta" — Jorge-Luis Borges
AM | @agumack
Hace varios años hice referencia, en el contexto del des-gobierno kirchnerista, al cuento "Guayaquil" de Jorge-Luis Borges [ver]. Al poco tiempo, un columnista de La Nación publicó —sin citarme— un artículo con ideas muy parecidas. "Guayaquil" es un cuento difícil; Edwin Williamson, biógrafo de Borges, lo califica de strange tale (*). El recuerdo de esta lectura vuelve a mi mente con la noticia de la expropiación-confiscación de la filial de la española REE, decidida por Evo Morales tras los pasos de la presidenta Cristina Kirchner.
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José-Luis Espert nos recuerda en su Twitter que el mundo nos percibe como 'bolivarianos'; precisamente de eso se trata. Leyendo "Guayaquil", uno percibe hasta qué punto Borges favorece la moderación y la prudencia de San Martín — y hasta qué punto rechaza el autoritarismo de Bolívar. La noción de des-gobierno aparece en el cuento con la referencia a la Historia de cincuenta años de desgobierno de José Avellanos [ver]. El autoritarismo no es "gobierno" propiamente dicho: es más bien "des-gobierno", porque no protege la libertad y la seguridad de las personas. En "Guayaquil", el narrador se identifica con la posición del Prof. Eduardo Zimermann,
que sostiene que el gobierno no debe ser una función visible y patética. Este alegato mereció la refutación decisiva de Martin Heidegger, que demostró, mediante fotocopias de los periódicos, que el moderno jefe de estado, lejos de ser anónimo, es el protagonista, el corega, el David danzante, que mima el drama de su pueblo, asistido de pompa escénica y recurriendo, sin vacilar, a las hiperboles del arte oratorio.
¡Magnifica caracterización del populismo! La Sra Kirchner y su colega Evo Morales son un "David danzante"; necesitan "pompa escénica" — y su protagonismo perpetuo esconde la realidad de su des-gobierno. Continúa Borges:
...la entrevista de Guayaquil, en la que el general San Martín renunció a la mera ambición y dejó el destino de América en manos de Bolívar, es también un enigma que puede merecer el estudio [...] Las explicaciones son tantas... Algunos conjeturan que San Martín cayó en una celada; otros, como Sarmiento, que era un militar europeo, extraviado en un continente que nunca comprendió; otros, por lo general argentinos, le atribuyeron un acto de abnegación.
Ambición vs. abnegación; des-gobierno vs. gobierno; pompa escénica vs. moderación; pathétique vs. razón. Sabemos perfectamente de qué lado están el Sr. Morales y la Sra. Kirchner.
(*) Edwin Williamson. Borges. A Life. New York: Viking, 2004, p. 364. Ver la sección dedicada a Borges en Contrapesos.
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