"The hiding of money in the ground indicates lawlessness and insecurity" — Frank Barlow
AM | @agumack
En mi biblioteca tengo varios ejemplares de la estupenda serie de biografías Yale English Monarchs [ver]. A veces me pregunto qué es lo más útil para entender la economía argentina hoy: libros de 'macro' tradicional, o libros sobre la historia de las instituciones. (Supongo que la respuesta es: ambos). Ya tuve la oportunidad de referirme en Contrapesos a la vida de Eduardo I, el de la película Braveheart con Mel Gibson [ver]. Hojeando la biografía de Edward the Confessor (1003-1066) (*), encuentro esta fantástica nota al pie de página:
The hiding of money in the ground indicates lawlessness and insecurity. For the whole of Edward's reign only three hoards have been recorded, and one of these comes from the very beginning. J. D. A. Thompson, Inventory of British Coin Hoards, A. D. 600-1500 (Royal Numismatic Soc. 1956), nos 270, 294, 374. The last, although dated by Thompson c. 1050, contains coins of Harthacnut but not of Edward: a date of c. 1042 is to be preferred. After Edward's death and throughout William I's reign deposits were much more frequent (p. 287).
Para obtener información sobre la seguridad y el grado de cumplimiento de la ley en la Edad Media, los historiadores modernos analizan los hallazgos de monedas enterradas. Como hay muy pocos de estos hallazgos para el reinado de Eduardo el Confesor (1042-1066), el biógrafo Frank Barlow concluye que su época fue de relativa tranquilidad y seguridad. El principio general es:
The hiding of money in the ground indicates lawlessness and insecurity.
El lector entenderá rápidamente el vínculo con la situación argentina en 2012: ausencia de ley, inseguridad — y dólares enterrados en cajas de seguridad. Mientras la presidenta CFK no desmiente su deseo de re-re-elección (en contra de la Constitución), muchos se sorprenden por la inseguridad y por la ausencia de crédito en moneda local. Claro, estas causalidades no figuran en los libros de macro modernos, que dan por supuesta la estabilidad de las posesiones, la independencia judicial, el imperio de la ley. ¡Pero no es así en la Argentina! Volvamos, para terminar, a Eduardo el Confesor. Los contemporáneos lo llamaban "Solomon", que signifca paz.
Frank Barlow no se hace ilusiones sobre la calidad del sistema judicial: a mediados del siglo XI, nadie espera que un rey de Inglaterra administre la justicia de manera completamente imparcial. Aún así, Barlow destaca varios puntos de interés, como la preocupación por dar alivio a quiénes se hayan visto oppressed by wicked judges. Eduardo, aseguran biógrafos contemporáneos, tuvo cuidado de eliminar "bad laws and with the help of his wise councellors enacted good ones. He also appointed skilled ecclesiastic and secular judges and ordered them to determine cases with equity".
No sería difícil lograr un enorme salto adelanto en materia de seguridad en la Argentina. Para empezar, hay que leer los libros correctos.
La seguridad, amigos, la seguridad.
(*) Frank Barlow. Edward the Confessor. Yale University Press, 1997.
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