Tuesday, December 4, 2012

CONTRAPESOS: CUATRO BREVE NOTAS
"...our mixed form of government" — David Hume

AM | @agumack

[1] Brasil & y la corrupción. Estas notas sobre la lucha contra la corrupción en Brasil contienen algunos datos interesantes (*). Pero sus autores no logran explicar por qué nuestro vecino recién ahora toma el tema en serio, mientras que la Argentina continúa hundida en su tradicional hiper-corrupción. Según Simon Kuper, la corrupción en Brasil ha dejado de ser considerada un “unquestioned fact of nature”. Desde los acuerdos de liquidity swaps entre el Banco Central do Brasil y la Reserva Federal (octubre de 2008), Brasil es –de manera irrevocable– un país de moneda firme. Y lo será por muchos años. Los costos directos e indirectos de la corrupción (sobre la disponibilidad de crédito, entre otros) explican gran parte de un custo Brasil que las devaluaciones de antaño –o los recientes ‘booms’ de liquidez global– permitían esconder. Ahora no. Dilma no lucha contra la corrupción por “virtuosa”, al estilo de un personaje de las Vidas paralelas de Plutarco, sino para asegurar su futuro político.

(*) Simon Kuper: “Brazil’s goal: a clean sheet”, Financial Times, 1-2 diciembre 2012; Mariano Grondona: “Vidas paralelas: Dilma y Cristina”, La Nación, 2 de diciembre de 2012.
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[2] Contrapesos & tamaño del mercado de crédito. Más evidencia sobre el vínculo entre el tamaño del mercado de crédito, la estabilidad de las posesiones, y la existencia de un régimen político con contrapesos institucionales. Un trabajo de BBVA Research muestra una serie de mediciones sobre el volumen de crédito al sector privado para los principales países de América Latina (*). Chile, el líder en calidad de gobierno [ver], también lidera en materia de tamaño del mercado de crédito (93% del PBI); luego viene Brasil (63.2%). La Argentina, con solamente 21.3% del PBI, pelea el último puesto con Venezuela (20.7%). Perú es la excepción, aunque el tamaño de su mercado de bonos corporativos es inexistente. Damas y caballeros: el volumen de crédito depende, en cada país, del grado en que se respeta la independencia judicial, la libertad de prensa y la independencia del banco central. El resto es bla-bla.

(*) Adolfo Albo: “Penetración del crédito en México”, BBVA Research, noviembre de 2012.
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[3] Ciudades y países. Llegan dos índices sobre calidad de vida en países y ciudades (*). El ranking de mejores países para nacer en 2013, elaborado por The Economist, tiene los siguientes diez primeros lugares: Suiza (8.22), Australia (8.12), Noruega (8.09), Suecia (8.02), Dinamarca (8.01), Singapur (8.00), Nueva Zelanda (7.95), Holanda (7.94), Canadá (7.81) y Hong Kong (7.80). Muy parecido a nuestro Índice de Contrapesos Institucionales [ver]. En cuanto a las mejores ciudades, la lista de Mercer es encabezada por Viena, seguida de Zürich, Auckland, Münich, Vancouver, Düsseldorf, etc.  Nuevamente, todas estas ciudades están en países con altas notas en nuestro índice [ver]. La ciencia del buen gobierno no es tan complicada (ya lo decía David Hume): se necesita un Estado firme, pero sujeto al imperio de la ley y al principio de accountability. ¡Qué bien funcionan las buenas teorías!

(*) Clarín: “Los mejores países para nacer en 2013”; Mercer: “2012 Worldwide Quality of Living City Index”.
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[4] Justicia y economía. Otra nota del economista Orlando Ferreres sobre el vínculo entre economía y justicia (*). El tema comienza a ser entendido en su verdadera dimensión. Otro economista importante, Enrique Szewach, abordó recientemente el problema desde una óptica parecida. Tantos años de trabajo y lecturas –y tantas notas publicadas en nuestro sitio pionero– comienzan a dar fruto.

(*) Orlando Ferreres: “La Justicia y la economía”, La Nación, 4 de diciembre de 2012.
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