"...un estilo austero y espontáneo..." — La Nación
AM | @agumack
La actualidad política argentina está dominada, naturalmente, por la elección del Papa Franciso. Mis amigos creyentes y no creyentes coinciden: ha sido un impacto muy emotivo. Aquí, en Barcelona, los argentinos tuvimos un breve instante de gloria — todo el mundo nos preguntaba sobre el nuevo Papa. Como muchos otros, quedé impresionado por los gestos iniciales de Francisco. Claramente, hay un nuevo estilo de conducción. ¿Qué impacto tendrá este cambio sobre la política argentina?
No tengo mucho para agregar sobre este tema a lo dicho por varios analistas y periodistas, en particular de La Nación. (Hubo una muy buena nota inicial de Carlos Pagni). Supongo que muchos deseamos ver un cambio de estilo en la Sra. CFK. Porque no se trata solamente de gestos simbólicos: cada agresión a jueces y periodistas se traduce, en el margen, en una contracción en la oferta de crédito, que pagan todos los argentinos. Lo hemos explicado muchas veces en Contrapesos [ver].
El liderazgo de Francisco, de todas maneras, tendrá claros límites. Uno es su avanzada edad. La Curia no quiere aventuras. El otro es la gobernanza propiamente dicha de la Iglesia, una institución carente de accountability. Dudo que esto cambie, a pesar del altísimo costo que esta situación impone en términos de soft power. En suma: el Papa podrá ser un buen líder, pero lo será dentro de una institución debilitada por su particular (des)gobernanza. Así las cosas, dudo que su influencia sea considerable.
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Pero hay otro "factor B", además de Bergoglio, en la política argentina. Es el "factor Ben Bernanke". El último balance semanal de la Reserva Federal muestra una verdadera explosión en las compras de títulos: +$52.7bn, a lo cual se agregan otros $3.8bn en créditos por la activación de 'Central bank liquidity swaps', sin dudas por la situación en Chipre [ver]. Es decir: mientras uno de los "factores B" (Bergoglio) juega levemente en contra de CFK, el otro (Bernanke) juega decididamente a su favor.
Desde que "estalló" la liquidez global en 2003, siempre pensé que el des-gobierno de los Kirchner se sostenía principalmente por el auge en el precio de los commodities. Ditto para los Chávez, Morales, Putin y tantos otros. A finales de 2011 pronostiqué, erróneamente, que el "boom" de liquidez llegaba a su fin. Me están desmintiendo dos factores: la Guerra de Monedas, muy pro-liquidez, y Ben Bernanke. Claramente, éste último se merece una nueva marcha peronista:
Ben
Bernanké
Que grande
sos,
Mi central
banker,
Cuanto
valés,
Ben Bernanké, gran
conductor,
Sos el primer
relajador
* * *
Por ese gran
central banker
Que se supo
conquistar
A la gran masa
sojera,
Favoreciendo al
capital.
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