"Si la Justicia se ejerciera desde el Trono, no habría seguridad real ni personal alguna" — Mariano Moreno
En este nuevo aniversario de la Revolución de Mayo de 1810, vale la pena dar una mirada al movimiento "reaccionario" (Ricardo Levene) del 24 de mayo, que consigue mantener temporariamente al Virrey. El Reglamento de aquel día contiene importantes novedades. Muchas veces lo comenté en Contrapesos, y volveré a hacerlo — el Punto No. 7 establece un vínculo explícito entre seguridad e independencia judicial: "Que con el mismo objeto de consultar la seguridad pública quedarán excluidos los referidos señores que componen la Junta Provisional, de ejercer el Poder Judiciario, el cual se refundirá en la Real Audiencia, a quien se pasarán todas las causas contenciosas que no sean del Gobierno."
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Es decir: si el poder ejecutivo acapara el judicial, no habrá seguridad pública. Es así de directo, así de contundente. La idea viene en línea recta de la tradición ilustrada del siglo XVIII europeo (francés en particular). A 204 años de estos eventos, seguimos negando la realidad: salvo Contrapesos, nadie defiende este idea. Sin embargo, lo vivimos todos los días: mientras la Sra. CFK se empeña en destruir todo vestigio de independencia judicial [ver], la inseguridad aumenta día a día. Los hombres de Mayo lo sabían: sin independencia judicial, habrá impunidad, ausencia de concordia, falta de crédito e inestabilidad en las posesiones — es decir, inseguridad.
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