Monday, January 2, 2023

LA NECESIDAD DEL CAOS: RESEÑA DE GIULIANO DA EMPOLI

AM | @agumack

- Giuliano da Empoli. Le Mage du Kremlin. Paris: Gallimard, 2022, 281 páginas.

Le Mage du Kremlin ("El Mago del Kremlin") es el 'best-seller' francés del año. Es la primera novela del escritor italo-suizo Giuliano da Empoli, ex-asesor de Matteo Renzi. Se trata de un relato autobiográfico ficticio referido a un personaje muy real: Vladislav Surkov, acaso el principal ideólogo de Vladimir Vladimirovich Putin. Surkov fue vice-presidente de la Federación Rusa entre 2011 y 2013 y luego asesor personal de Putin hasta 2020.

A lo largo del libro, Vadim Alexeievich Baranov, el pseudo-Surkov de la novela, se refiere al presidente ruso como « Le Tsar » (El Zar).


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Terminado justo antes de la invasión de Ucrania, Le Mage du Kremlin es una larga reflexión sobre la concepción del poder de Putin. Aunque no cambia significativamente mi visión del presidente-luego-dictador-luego-tirano, el libro de Giuliano da Empoli ilumina con brillo las fortalezas y debilidades de un poder político carente de frenos y contrapesos. De ahí su enorme interés. 

Éste es el resultado de mis notas de lectura.

[1] Tirano-pueblo: el vínculo directo. Desde sus inicios como candidato a presidente en 1999, Vladimir Putin busca establecer un vínculo directo con el 'pueblo' ruso. A lo largo de la historia, los zares más exitosos han logrado presentarse como garantes de la seguridad frente al caos (supuestamente) creado por las 'élites' y/o las potencias occidentales. Baranov-Da Empoli no 'se juega' con respecto a los ataques terroristas de septiembre de 1999 en Moscú.

¿Fueron separatistas chechenos? ¿Fue el propio FSB (ex-KGB)? Lo cierto es que con su contundente respuesta, Putin se transforma, a los ojos de ciudadanos desesperados por estabilidad y seguridad, en « Tsar à part entière » (p. 111). En pocos años el nuevo presidente es visto como el único garante de seguridad. Los electores agradecen: « Le Tsar a restauré la verticale du pouvoir en Russie et les électeurs lui en ont été reconnaissants » (p. 123). 

En Rusia, el profundo deseo de verticalidad, es decir de autoridad (p. 94) lleva a Surkov-Baranov a formular la idea de una democracia soberana basada en el vínculo directo entre el zar y su pueblo. No hay necesidad de 'poderes intermedios' al estilo de Montesquieu. Los verdaderos ídolos de los rusos, comenta Baranov, no son escritores como Tolstoi o Pushkin, sino autocrates sanguinaires como Iván El Terrible, Pedro El Grande, Lenin y Stalin (p. 78) (*).

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[2] La necesidad del caos. El temor al vacío de poder hace posible el vínculo directo entre el zar y el pueblo. Dicho sea de paso, lo vemos también en la Argentina: las situaciones de vacío de poder, como 1989 y 2001, generalmente abren la puerta a caudillos peronistas que rápidamente intentan controlar la suma del poder político. Desde este punto de vista, los capítulos sobre Yevgeny Viktorovich Prigozhin y los oligarcas de San Petersburgo son de los más importantes del libro.

Prigozhin es el fundador del grupo mercenario Wagner —acusado de más de una masacre en Ucrania—, y de varias empresas que intervinieron en las elecciones estadounidenses de 2016 a favor de Donald Trump. Giuliano da Empoli, especializado en el análisis del caos en política, utiliza de manera efectiva la idea de loss aversion—el temor irracional, pero muy natural y muy poderoso, a perderlo todo en situaciones de caos. El soft-balancing de Putin consiste esencialmente en sembrar el caos en Occidente. ¿Cómo lo consigue? Financiando a grupos extremistas.

La ideología es lo de menos. Lo que cuenta es el caos y la división creados por trumpistas fanáticos del Second Amendment, periodistas pro-Brexit, anti-vacunas del mundo entero, ultra-ecologistas, partidos de extrema derecha anti-EU, organizaciones de derechos humanos (que no se meten con derechos humanos fuera de Occidente), piqueteros izquierdistas, evangélicos pro-Bolsonaro (†), extremistas LGTB, defensores de 'pueblos originarios', camioneros golpistas de Canadá, etc.

De izquierda o derecha, da exactamente lo mismo. Lo importante es inflamar las pasiones y estimular los extremos para debilitar el principio mismo del gobierno moderado. Se trata, en el fondo, de desestabilizar a las sociedades occidentales para que nazca en ellas un deseo de autoridad comparable al que carcome al pueblo ruso.

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[3] La 'justicia' de Vladimir Putin. La saga de Mikhail Khodorkosvky juega un papel importante en Le Mage du Kremlin. En 2003, Putin elige a este oligarca del sector petrolero para mandar un mensaje contundente a los demás oligarcas—y también al 'pueblo'. Tras un proceso judicial 'trucho', el multi-billionaire Khodorkosvsky es encarcelado y su poderoso grupo Yukos es desmantelado. Pasará diez años en Siberia.

En la vida real, una mujer, Olga Yegorova, es la principal 'operadora' del Zar en los tribunales [ver]. La 'justicia' de Vladimir Putin se parece a la de Trasímaco en el Libro I de la República de Platón: "No es sino la ventaja del más fuerte". Pero hay algo más. Los diez años de cárcel de Khodorkovsky también satisfacen el deseo de venganza de un pueblo acostumbrado a sufrir privaciones económicas de todo tipo. Siguiendo una sugerencia del propio Surkov, Putin finalmente lo libera a finales de 2013. 

Da Empoli no es economista. Es bastante obvio, sin embargo, que el colapso de la independencia judicial tiene graves consecuencias desde el punto de vista del costo del capital. (El stock de bonos en rublos es un ridículo 5% del PBI). El 'caso Khodorkovsky' podría haber sido resuelto con un fuerte impuesto especial one-off a la riqueza de los oligarcas. Esto hubiera calmado la bronca popular contra los oligarcas sin pour autant destruir el sistema judicial.

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[4] Oligarquía vs. meritocracia. Surkov-Baranov muestra un decidido desprecio por los oligarcas de su país. Boris Abramovich Berezovsky, el 'descubridor' de Putin, es otro de los oligarcas destacados en la novela. Para el narrador, no hay diferencias de fondo entre oligarcas rusos y occidentales: muchas fortunas de Silicon Valley resultan de tecnologías 'estatales' —comenzando por internet— creadas por los Estados Unidos durante la Guerra Fría.

Es aquí donde hay un gran equívoco. En un Estado con buenas instituciones, la meritocracia es un factor de equilibrio entre la ambición despótica de líderes demagógicos y el pueblo. Esta cultura política explica, en el siglo XXI, el papel jugado por jueces y banqueros centrales independientes en Europa y América del Norte, Australia y Nueva Zelanda. El resultado es la seguridad sobre la vida, la libertad y las posesiones. Una seguridad mucho más amplia y duradera que la de los zares. 

Esto es algo particularmente difícil de entender para alguien que ha pasado toda su vida en países donde los contrapesos institucionales brillan por su ausencia. Sin embargo, es una de principales debilidades del enfoque Putin-Surkov-Baranov. El liderazgo político ruso está convencido que las sociedades occidentales son débiles y que han sido completamente 'feminizadas'.

En Le Mage du Kremlin, Baranov compara el pene de los humanos (Rusia) al de los gorilas, de tamaño muy inferior (Occidente). El Sr. Putin y su entourage parecen creer que los occidentales han perdido —o pronto perderán— toda voluntad de resistencia frente a un enemigo capaz de sembrar el caos. Yo creo que están muy confundidos. Tengo una idea: ¿Por qué no le preguntan a los ucranianos? 

(*) El vínculo directo entre el pueblo y el tirano era conocido en tiempos de la Grecia arcaica. Ver Gerhard J. D. Aalders. Die Theorie der gesmischten Verfassung in Altertum. Amsterdam: Hakkert, 1968. En Europa medieval el concepto de pax regis o King's Peace era conocido en la ley anglo-sajona y más tarde en Francia como paix du roi o paix royale

(†) Pocas horas antes de la ceremonia de traspaso del poder en Brasil, un tal George Washington de Olivera, fanático pro-Bolsonaro, admitió que el coche-bomba que llevó a Brasilia tenía por objeto "sembrar el caos". Ver Sarah Cozzolino: « Le Brésil sous haute tension », Le Journal du Dimanche, 31 de diciembre de 2022.
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