Saturday, January 28, 2023

ROBERTO GARGARELLA & LOS 'CHECKS AND BALANCES'

AM | @agumack

"Checks and balances are our only security" — John Adams

En una nota para La Nación, Roberto Gargarella critica duramente "el sistema institucional de frenos y contrapesos" o checks and balances [1]. En un pasaje parece identificar este "sistema" con la separación de poderes, ya que se refiere a "las distintas ramas de gobierno". El autor afirma, además, que (James) Madison lo había "ideado". Veo serios problemas con estas afirmaciones. Reducir los checks and balances a la separación de poderes es un error.

Y es un error fácilmente explicable en la Argentina, donde no se enseña una de las ideas fundacionales del pensamiento político occidental—el gobierno mixto. Basta ver, por ejemplo, el desconcierto de los biógrafos modernos de Mariano Moreno que optan simplemente por dejar de lado el magistral análisis del Secretario de la Junta (ver: "Mariano Moreno y lo contrapesos", Contrapesos, 25 de mayo de 2019).


Dominar el concepto de gobierno mixto —indisociable, en la mayoría de las versiones, de los checks and balances [2]— requiere años de estudio y de lecturas, y la posibilidad de leer en griego clásico, latín, inglés, alemán, francés e italiano. Éste es mi primer take-away de la nota del Sr. Gargarella:

(1) La separación de poderes provee una de las fuentes de contrapesos institucionales—pero no la más importante. Más importante es el principio de gobierno mixto o πολιτεία μικτή (politeía mikté, constitución mixta o régimen mixto).

(2) Madison es uno de los principales pensadores sobre la separación de poderes, pero no ha "ideado" el sistema de contrapesos. John Adams, por ejemplo, criticaba la insistencia de Madison sobre el elective principle por su tendencia a debilitar los contrapesos. Es un punto fundamental, mencionado recientemente por el historiador de estas ideas [3].

(3) El análisis del Sr. Gargarella sobre el fracaso del sistema es muy justo e históricamente acertado—siempre que uno se refiera a la separación de poderes, y no a los checks and balances en general o al gobierno mixto.

* * *

Para ilustrar estos puntos me permito referirme a mi reseña del libro de Alexander Thiele, Der Konstituierte Staat. Eine Verfassungsgeschichte der Neuzeit (Frankfurt: Campus Verlag, 2021), y al artículo fundamental de Mogens Herman Hansen: "The Mixed Constitution versus the Separation of Powers: Monarchical and Aristocratical Aspects of Modern Democracy", History of Political Thought, Vol. 31, No. 3, 2010, pp. 509-531 [ver]:

Según Mogens Herman Hansen, el funcionamiento del Bundesverfassungsgericht alemán debe ser entendido a la luz de la antigua, venerable idea del 'régimen mixto', en el cual los frenos y contrapesos son más robustos que bajo un régimen de separación de poderes. Éste es el pasaje clave:

... between 1951 and 2000 no less than 132,000 cases were brought to the German constitutional court in Karlsruhe. Most of the cases heard by the court consisted of constitutional complaints concerning violations of fundamental rights and freedoms guaranteed by the German Basic Law, but during the fifty years in question the court has also quashed five percent of all laws passed by the Bundestag, i.e. the German parliament. To quash a law by a verdict pronounced by a court is in itself a breach of the separation of functions.

But the mixing of functions cuts deeper than that: in most cases the law in question is not rejected outright by the court. With its verdict the constitutional court can submit a revised version of the law which the court can accept as constitutional and in such cases the Bundestag simply ratifies the revised version. The constitutional court has in fact become a third legislative chamber [...] It is an undemocratic institution set up to defend the democratic ideals.


El Bundesverfassungsgericht alemán actúa de hecho como el componente aristocrático-meritocrático del poder legislativo. Los miembros de este tribunal no son elegidos 'democráticamente'. Este punto es el eje de la crítica implícita de Adams a Madison (ver: "Madison y Adams, 1817", Contrapesos, julio 2021). Si los miembros del poder legislativo —representantes y senadores— son elegidos mediante el principio electivo, es bastante obvio que no se frenarán, contrapesarán o equilibrarán entre sí. 

Para Adams era esencial que el poder legislativo reflejara no solamente la separación de poderes, sino también los tres componentes del régimen mixto: el monárquico (poder de veto del presidente), el aristocrático y el democrático. En ausencia de mezcla, el principio electoral terminará por crear —con separación de poderes o no— un sistema winner-takes-all que exacerbará la lucha partidaria en lugar de frenarla. ¿No es acaso la situación de la Argentina hoy en día?

Observando la Revolución francesa, Adams comprueba cómo una estricta separación de poderes (hasta el verano de 1792) enardece la lucha partidaria y desemboca en un gobierno despótico—exactamente al revés de lo preconizado por los defensores del gobierno mixto y los contrapesos institucionales.

En otras palabras: la crítica del Sr. Gargarella me parece justa—siempre y cuando se refiera a la separación de poderes. Pero no a los frenos y contrapesos. Como señala el Prof. Hansen, los checks and balances que provee la separación de poderes son poca cosa frente a la realidad del conflicto político.

Para evitar el abuso de poder, se necesitan más checks and balances, no menos. Pero éstos vendrán del gobierno mixto, no de la separación de poderes [4].

[1] Roberto Gargarella: "Juicio político a la Corte, una iniciativa caprichosa y boba", La Nación, 21 de enero 2023.

[2] Pero no necesariamente en la de Aristóteles. Ver mis notas de lectura sobre Gerhard J. D. Aalders: "Die Mischverfassung und ihre historische Dokumentation in den Politica des Aristoteles", Entretiens sur l'Antiquité Classique, Tome XI (Fondation Hardt, Genève, 1965, pp. 201-244) (1, 2, 3, 4).

[3] Alois Riklin: Machtteilung: Geschichte der Mischverfassung (Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 2006). El Prof. Riklin menciona a James Madison como uno de los "prominentesten Gegner der Mischverfassung" (p. 24).

[4] Me permito mencionar aquí otro punto generalmente descuidado: la independencia del banco central como elemento moderno de los checks and balances. Los banqueros centrales 'elitistas' representan el indispensable componente aristocrático-meritocrático visible en los países más estables y relativamente igualitarios: los Nórdicos, Holanda, Suiza, Alemania, Canadá, Nueva Zelanda y Australia. A notar: (a) el desastre kirchnerista en la materia: la altísima inflación, generada por la ausencia de un banco manejado de manera independiente por expertos, exacerba la desigualdad en lugar de disminuirla; (b) la posición de Paul McCulley [ver], y aunque a regañadientes, de Werner Bonefeld: "The ECB [European Central Bank] cannot be given instruction by any democratic body […] The Union is thus characterized by a mixed constitution" (“Europe, the Market and the Transformation of Democracy”, Journal of Contemporary European Studies, Vol. 13, No. 1, 93-106, April 2005 [ver]. Intento capturar este elemento en mi Índice de Contrapesos [ver]. 
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