Saturday, July 31, 2021

MADISON Y ADAMS, 1817

AM | @agumack

"Is not Despotism the Simplest of all Governments?" — John Adams

Cuando dos genios de la política intercambian cartas, vale la pena leerlas. En mayo de 1817, James Madison y John Adams están ambos retirados de la política activa. Nunca fueron amigos. Adams le reprocha su exacerbado 'partidismo' en la década de los 1790s, en particular durante su presidencia entre 1797 y 1800. Liderados por Jefferson y Madison, los Republicanos eran, a los ojos del neutral Adams, escandalosamente pro-Francia y anti-Inglaterra. Más tarde, Jefferson y Madison enfurecerán con el nombramiento de John Marshall en la Corte Suprema y, a fortiori, con el fallo Marbury vs. Madison [ver]. Siempre curioso por entender el pensamiento político de los 'Jeffersonianos' —que considera soft en materia de contrapesos institucionales— Adams le hace llegar unos libros del marqués de Condorcet que estaban en su posesión, pero que pertenecían al ahora ex-presidente Madison [ver].

* * *

Adams sabe perfectamente que vendrá una respuesta, seguramente amable, pero cargada de contenido político. Es exactamente lo que está esperando. ¡Qué momento!



Adams: gobierno mixto y equilibrado
Adams no puede con su genio. Lleno de pasión por el gobierno mixto y equilibrado, no pierde ocasión alguna para criticar la idea rousseauista de 'concentrar toda la autoridad en un mismo centro', adoptada (según Adams) por Turgot, Condorcet y la mayoría de los revolucionarios franceses, y vigorosamente rechazada en su Defence of the Constitutions of the United States of America. En su carta a Madison del 22 de abril de 1817 [ver], Adams insiste sobre la irresponsabilidad de constitucionalistas que proponen un gobierno 'simple', carente de los contrapesos típicos del gobierno mixto [1]. Están "ciegamente enamorados de una quimera" y no saben lo que es a free Government:

Is not Despotism the Simplest of all imaginable Governments? Is not Oligarcky the next, Aristocracy the third, and a Simple Democracy of twenty five Million of Men the fourth? All these are Simple Governments with a Vengeance. Erect a House of a cubit form one hundred feet Square at the Base, without any division within into Chambers Parlours Cellors of [sic] Garrits. Would not this be the Simplest House that ever was built? But would it be a Commodious Habitation for a Family? It would accomodate nothing but a kennell of Hunters Hounds.

These Gentlemen all affect to be great Admirers of Nature. But where in Nature, do they find the Models of their adored Simplicity? Is it in the Mynheer Linoetts dissections and microscopic observations on the Willow Catter pillar in which he has found more Veins and Muscles and Fibres than in the human Body? No. The real Wisdom, the geniuine Taste, the correct Judgment consists in adapting necessary means to necessary Ends, Here too much Simplicity cannot be applied.

Dos puntos llaman la atención. Primero: no hay libertad sin contrapesos institucionales. Segundo: el gobierno simple es anti-natural. La referencia a Mynheer ('Señor' en holandés) Linoetts y el Willow Catter pillar corresponde a las observaciones del botanista sueco Carl von Linné (1707-1778), más conocido como Linnaeus, sobre la complejidad fisiológica de las orugas. El éxito de un organismo vivo viene de su complejidad. En otras palabras: Adams mantiene viva la tradición de los griegos clásicos sobre el paralelo 'cuerpo animal/cuerpo político' [ver Contrapesos (1, 2)].

Madison: separación de poderes y 'principio electivo'
En su respuesta, con fecha 22 de mayo de 1817 [ver], James Madison manifiesta su acuerdo con la crítica del principio rousseauista. Pero también lanza una advertencia a Adams: estamos en una nueva era de la política. El principio electivo es ahora universalmente aceptado, y todo contrapeso al poder político debe estar enmarcado dentro de ese mismo principio:

The great question now to be decided, and it is one in which humanity is more deeply interested than in any political experiment yet made, is, whether checks and balances sufficient for the purposes of order, justice, and the general good, may not be created by a proper division and distribution of power, among different bodies, differently constituted, but all deriving their existence from the elective principle, and bound to fidelity by the responsibility of their Trusts. The experiment is favored by the extent of our Country which prevents the sudden contagions of evil passions; and by the combination of the federal with local systems of Government, which multiplies the divisions of power, and the mutual checks by which it is to be kept within its proper limits and direction.

¿Qué está sucediendo? Madison lo dice claramente: el gobierno mixto y las categorías griegas de monarquía, aristocracia y democracia han quedado irremediablemente démodées. El siglo XIX las ha convertido en arcaicas. En el mundo moderno, el 'principio electivo' es indiscutible—y no hay marcha atrás. La única duda es si la separación de poderes generará contrapesos suficientemente robustos para obtener "means of controuling the impulse and sympathy of the passions". De manera notable, Madison evita cuidadosamente las palabras mixed y mixture, cuatro veces mencionadas por Adams [2].

Un debate que perdura
El intercambio epistolario entre estos genios deja una serie de conclusiones [3]. Claramente, Madison ve mejor que Adams por dónde soplan los vientos de la nueva cultura política. Defender las ideas griegas del gobierno mixto, en pleno siglo XIX, en esta nueva era de tecnología e innovación, es correr el riesgo de ser visto como partidario de un régimen aristocrático—y de arruinar toda una carrera política. Es precisamente lo que sucederá a los Adams padre e hijo: su rechazo instintivo de todo populismo los convertirá en one-term presidents. Algo parecido sucederá, en España, con Gaspar de Jovellanos, sobre el cual volveré en Contrapesos

And yet. La comparación 'cuerpo animal/cuerpo político' mencionada por John Adams ilustra una idea-clave: por más que intentemos negarlo, siempre habrá líderes ultra-ambiciosos que desearán la suma del poder político; siempre habrá 'aristócratas naturales' —hoy diríamos: élites— que intentarán gobernar como oligarcas; siempre habrá un pueblo carente de capacidad política dispuesto a dejarse seducir por demagogos sedientos de poder. Es algo perfectamente natural. Así las cosas, la separación de poderes es algo muy necesario. Pero Adams aconsejaba reforzar los contrapesos introduciendo el principio de constitución mixta dentro del propio poder legislativo [4].

Un genio. 

[1] A notar las similitudes con Mariano Moreno en el Río de la Plata. En la Gazeta Extraordinaria de Buenos-Ayres del 6 de noviembre, escribe: "El choque de autoridades independientes debia producir un equilibrio en sus esfuerzos [...] ha convenido la experiencia, que las formas absolutas incluyen defectos gravísimos, que no pueden repararse sino por la mezcla y combinacion de todas ellas" ["Mariano Moreno y los contrapesos", Contrapesos, 25 de mayo de 2019]. Pero la ilustración más escalofriante del peligro de las formas de gobierno simples viene de un tal ... Adolf Hitler: « Ich habe nicht die Demokratie beseitigt, sondern sie vereinfacht » ["Democracy: a bold approach — Feminist, pro-capitalist and pro-Checks & Balances", Contrapesos, 21 de febrero de 2021]. 

[2] Una generación antes, David Hume notaba que la idea del gobierno mixto gozaba de aceptación casi universal. Por eso, en la época del Federalista, la idea del gobierno mixto todavía mantiene cierto prestigio. Hábil publicista, Madison se refiere, en Federalista 39, al carácter mixto del gobierno propuesto en la Constitución. Pero la mezcla ya no es entre distintas 'clases' de ciudadanos, sino entre el gobierno central o federal y el gobierno de los Estados: "From this aspect of the government it appears to be of a mixed character, presenting at least as many FEDERAL as NATIONAL features". Vuelve a la carga en Federalista 40, que lleva por título "The Powers of the Convention to Form a Mixed Government Examined and Sustained". Pero eso fue en 1788. Cuando Madison contesta a Adams, en 1817, ya muy pocos se atreven a utilizar términos como monarquía, aristocracia y oligarquía, completamente alejados del entusiasmo republicano y democrático típico del nuevo siglo. Sobre la 'trampa' retórica de Madison al utilizar la idea de gobierno mixto en este sentido, ver Wilfried Nippel Mischverfassungstheorie und Verfassungsrealität in Antike und früher Neuzeit (Bochum: Klett-Cotta, 1980), p. 23.

[3] Hay una tercera carta en este intercambio: la respuesta de Adams con fecha 17 de junio de 1817 [ver]. Es la menos interesante de las tres. Sin embargo, Adams reitera la idea del gobierno mixto como condición de la libertad. Y admite que el sufragio universal puede causar graves problemas: "The questions concerning Universal Suffrage, and those concerning the necessary limitations of the Power of Suffrage, are among the most difficult. It is hard to Say, that every man has not an equal right. But, admit thi
s equal Right, and equal Power, and an immediate Revolution would ensue."

[4] El poder legislativo à la Adams está compartido por el titular del ejecutivo a través de su poder de veto y otros poderes (principio monárquico), por una cámara popular lo más representativa posible (principio democrático) y por un senado compuesto por individuos destacados (principio aristocrático). ¿Suena extraño? Sin embargo, es lo que sucede hoy en día en Alemania, con la Bundesverfassungsgericht actuando como tercera cámara legislativa de facto [ver]. Ver también el muy interesante caso de Letonia. Para las ideas de Adams en materia constitucional, ver C. Bradley Thompson. John Adams & The Spirit of Liberty (University Press of Kansas, 1998) y Richard Alan Ryerson. John Adams. The One, the Few and the Many (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2016).
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