"Checks and balances are our only security" — John Adams
[1] Historia de la democracia. El libro de David Stasavage tiene pinta de convertirse en uno de los más importantes del año (*). El autor propone una re-evaluación de la historia de la democracia, con un claro propósito: mostrar que no se trata de un concepto únicamente 'griego' u 'occidental', sino de una organización política que surgió de manera espontánea e independiente, en muchas partes del mundo, a lo largo de miles de años. De esta manera, la democracia puede ser presentada bajo una luz más favorable en el resto del mundo.
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Ampliar la gama de las proto-democracias lleva a David Stasavage a considerar casos inesperados: los Hurones en América del Norte, los pueblos de Tlaxcala en México, algunos pueblos preincaicos, varias tribus del África, Mesopotamia y la India. En la introducción (disponible en Amazon), el autor revela su método—por 'democracia' entiende también la mezcla de oligarquía y democracia:
So why do I adopt a definition of early that the Greeks would have seen as including both democracies and oligarchies? I do this because many human societies that at first blush appear to have had rule by the few also had participation by the many. In some of the early democracies that I will describe, a small number of individuals participated directly in governance, but they had then to face an assembly or council in the locality in which they resided.
¡Ahora sí nos entendemos! Sin mencionarlo explícitamente, el autor reconoce la importancia del gobierno mixto. A comienzos del siglo V, Esparta proclama con orgullo —ante las demás poleis griegas— su forma de gobierno con elementos oligárquicos. Y lo hace con una excelente justificación: su gobierno representa un enorme adelanto frente a la tiranía que domina en otras ciudades griegas.
¡La democracia 'mixta' es nuestra única salvación!
(*) David Stasavage. The Decline and Rise of Democracy: A Global History form Antiquity to Today. Princeton University Press, 2020.
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[2] John Adams & John Quincy Adams. En la magnífica librería Galignani en París vi este libro dedicado a los presidentes John Adams (1796-1800) y su hijo John Quincy Adams (1824-1828) (*). Nancy Isenberg y Andrew Burstein destacan la fenomenal cultura política clásica de los Adams—leían en inglés, francés, italiano, latín y griego clásico. Ahí reside la fortaleza y la debilidad de los Adams.
Fortaleza: los Adams entendían como pocos el riesgo, para la libertad, del monopolio del poder soberano, cualquiera sea su fuente—monarquía, aristocracia, democracia. Debilidad: cuando la amenaza viene del principio 'democrático' —léase: de hábiles demagogos que seducen al δῆμος—, se acusa a los Adams (injustamente, aunque previsiblemente) de 'aristocráticos'. Ni John en 1800, ni John Quincy en 1828 lograron la reelección. Paradójicamente, tal vez sea la mejor señal de su grandeza:
[3] Tocqueville. Nicolas Baverez, el siempre interesante columnista de Le Point, publica un libro sobre la relevancia de Alexis de Tocqueville hoy (*). "Demasiado liberal para la derecha, demasiado aristocrático para la izquierda, es un demócrata por razón y no por corazón", escribe Baverez. Tocqueville es un habitué de Contrapesos: 1, 2, 3, 4 y 5.
Son génie est d’avoir pensé la démocratie dans toutes ses dimensions, notamment sa face sombre – la tyrannie de la majorité et sa passion pour l’égalité – qui peut la faire basculer dans le despotisme. Voilà pourquoi il est d’une actualité saisissante au moment où les nations libres traversent une crise sans précédent depuis les années 1930. Nul mieux que lui n’a montré que la démocratie peut s’effondrer de l’intérieur, sous l’effet de l’individualisme, des émotions collectives et de la fascination pour la violence.
Nul mieux que lui n’a souligné qu’elle dispose de formidables ressources pour relever les défis nés des transformations du capitalisme, des régimes ou des idéologies qui entendent la détruire. Car Tocqueville est aussi un combattant de la liberté, qui a lutté pour l’abolition de l’esclavage, la réforme du système pénitentiaire et l’enracinement de la République. Un combattant de la liberté qui nous rappelle qu’elle dépend de l’engagement de chacun à la défendre.
(*) Nicolas Baverez. Le monde selon Tocqueville. Combats pour la liberté. Paris: Tallandier, 2020.
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The two Adamses might have been snobs in their own way, but they hated all forms of deception and intimidation, subtle or direct, regardless of its origin. To the endless frustration of father and son, each spent the greater part of his political career facing the same charge: of holding an especially dangerous degree of elitist sympathy. They understood the tricky relationship between human nature and political democracy and how emotionally induced thought often undermined social and political justice.
The Presidents Adams cultivated a cautionary, less intoxicating political science favouring a balance of interests to counteract those urges that led a ruling few to undemocratic self-aggrandizement. Any faction that held outlandish power over laws and law‑making threatened good government. Their cure for malignant control was to be found in institutional solutions aimed at simultaneously mitigating personality‑driven considerations and preserving a balance of power across social classes.
Isenberg y Burstein ofrecen una cita tremenda al comienzo del libro, tomada de una carta de John Adams a John Taylor del 14 de diciembre de 1814: "There was never a Democracy yet that did not commit suicide". Interesante idea, en épocas de demagogo-populistas como Donald Trump, Cristina Kirchner y tantos otros.
(*) Nancy Isenberg & Andrew Burstein. The Problem of Democracy. The Presidents Adams Confront the Cult of Personality. New York: Penguin, 2019. Los autores llaman la atención sobre el dilema que representaba, para los Adams, su dominio del latín y del griego clásico: "Deployment of the Classics could encourage an elitist sensibility". En Contrapesos citamos directamente en el idioma de la referencia. Si esto nos acerca un poco a los Adams, bienvenido sea, a pesar del riesgo de ser vistos como snobs.
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[3] Tocqueville. Nicolas Baverez, el siempre interesante columnista de Le Point, publica un libro sobre la relevancia de Alexis de Tocqueville hoy (*). "Demasiado liberal para la derecha, demasiado aristocrático para la izquierda, es un demócrata por razón y no por corazón", escribe Baverez. Tocqueville es un habitué de Contrapesos: 1, 2, 3, 4 y 5.
Son génie est d’avoir pensé la démocratie dans toutes ses dimensions, notamment sa face sombre – la tyrannie de la majorité et sa passion pour l’égalité – qui peut la faire basculer dans le despotisme. Voilà pourquoi il est d’une actualité saisissante au moment où les nations libres traversent une crise sans précédent depuis les années 1930. Nul mieux que lui n’a montré que la démocratie peut s’effondrer de l’intérieur, sous l’effet de l’individualisme, des émotions collectives et de la fascination pour la violence.
Nul mieux que lui n’a souligné qu’elle dispose de formidables ressources pour relever les défis nés des transformations du capitalisme, des régimes ou des idéologies qui entendent la détruire. Car Tocqueville est aussi un combattant de la liberté, qui a lutté pour l’abolition de l’esclavage, la réforme du système pénitentiaire et l’enracinement de la République. Un combattant de la liberté qui nous rappelle qu’elle dépend de l’engagement de chacun à la défendre.
(*) Nicolas Baverez. Le monde selon Tocqueville. Combats pour la liberté. Paris: Tallandier, 2020.
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