Wednesday, June 10, 2009

SIN MONEDA LOCAL

Por L'Économiste

Es muy interesante ver las consecuencias para un país —para la mayoría de sus habitantes— de no contar con una moneda que cumpla el rol de reserva de valor de mediano y largo plazo. La Argentina es un buen ejemplo de lo que "no se debe hacer" en esta materia. Existen muchos comentarios positivos por el bajo nivel de deuda hipotecaria de los argentinos. Según esta visión, esa ausencia de crédito nos ha evitado las crisis que estamos viendo en los países desarrollados.

Indudablemente si un país (sus habitantes) no tienen crédito, una crisis financiera les es inocua. Esto debe suceder en varios países y en las economías tribales donde algunas veces ni siquiera existe el dinero, solo el trueque. Pero una cuestión es no tener el crédito porque no se lo necesita —ya todo el mundo tiene su vivienda de acuerdo a un standard deseado, sus automóviles, etc— y otra muy distinta es no disponer de esos bienes porque nadie los financia a un costo adecuado.

¿Como serían los Estados Unidos y la mayoría de los países modernizados, si no hubiese existido el crédito a las familias y las empresas en las condiciones que prevaleció los últimos 50 años? La "ventaja" de no tener endeudamiento es igual a decir que tenemos la "ventaja" de no tener crédito, ni público ni privado. Es cierto, las crisis de confianza existen cuando esa "confianza" está más allá de los flujos futuros que la sostienen.

Pero la desconfianza permanente, que lleva a no tener moneda ni crédito, nada tiene que ver con las crisis globales que cada tanto ocurren en el mundo entero. Querer argumentar que ha sido "inteligente" no tener moneda ni crédito nos lleva a una tremenda falacia. Quienes piensan de esta forma, y los hay, pretenden reemplazar la fuga de los ahorros privados por el ahorro público. Este último para prestarles a los privados o al propio Estado, sus empresas.

El resultado final de este mecanismo no es otro que el aumento de la presión fiscal, ya que no existe el crédito público adicional. Como la presión fiscal tiene sus límites, se amenaza a los tenedores de deuda pública o de activos financieros, a ser expropiados. Otro mecanismo tradicional que se adiciona al anterior es la "devaluación". De esta forma se cobra el impuesto inflacionario directo e indirecto. Pero claro está, se va degradando la confianza en la moneda local, por cual el ahorro privado preventivamente se fuga del riesgo local.

Todo esto se puede resumir en un empobrecimiento creciente comparado con el resto del mundo, como consecuencia de un alto costo del capital, que no permite competir en la economía global.
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1 comment:

  1. L´Economiste. Hace poco un columnista importante dijo que el sistema financiero argentino era de los "más sólidos del mundo". Creo que no miró en dirección a la Villa 31 ...

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