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Wednesday, July 27, 2011

DESAYUNO CON L'ÉCONOMISTE

Por AM

Tomé desayuno con L'Économiste, destacado economista y emprendedor argentino y ocasional colaborador de Contrapesos [ver]. Los dos seguimos de cerca los mercados financieros internacionales, así que la conversación abarcó una serie de temas: Europa, Estados Unidos, China, Brasil y Argentina. Éstas son las principales conclusiones de la charla.

[1] Europa & el eurobono. Comenté el dilema de Europa, cada vez más claro: o integración federal vía eurobono [ver], o disolución del euro. Alemania es el jugador clave, y su dilema es político. Con el eurobono gana poder (como Virginia en los Estados Unidos en 1790); con un "euro germánico", su moneda se transformaría en un nuevo ... franco suizo. Malo desde el punto de vista de flujos (competitividad), bueno desde el punto de vista de stocks (activos del resto del mundo baratos).

[2] Estados Unidos & la deuda. El sendero de la deuda pública es insostenible; el dólar está mucho más frágil de lo que parece. (Potencial ganador: el oro). Una fuerte sospecha: la demanda de crédito del sector privado está colapsando, dada la falta de dinamismo en la construcción. Los bancos comerciales están sentados sobre una pila de cash: las reservas en la Fed superan los $1.6 trillion [ver]. (Probable fuente de tensiones inflacionarias, siempre y cuando se recupere la demanda de crédito).

[3] China & el tipo de cambio. China es obviamente el otro gran actor. Una salida positiva sería la revaluación del yuan y/o un drástico cambio hacia el consumo interno. ¿Pero es posible desde el punto de vista institucional? Mi comentario: China le teme al disenso, y la dura represión conlleva un tremendo aumento del costo del capital [ver]. L'Économiste: todo estará perdido si el liderazgo chino se desbarata en un escenario à lo África del Norte.

[4] Brasil & la Argentina. L'Économiste: Brasil está en una enorme burbuja; "shortear" sus bonos ante cualquier escenario de suba de tasas en Estados Unidos (la soja bajaría un 40%); la Argentina: el liderazgo político no entiende la gravedad de la situación doméstica. Políticos actúan ignorando el costo económico del proteccionismo y de la eterna campaña política; el caso del fútbol y de la AFA ilustra el completo desprecio por las reglas.

Conclusión. Poco optimista. El mundo 'multipolar' es un concepto muy simpático e interesante; puede ser muy beneficioso a largo plazo. Pero a corto plazo también implica parálisis política. Cuesta imaginar quién y cómo puede coordinar las necesarias medidas en Europa (federalización), Estados Unidos (deuda) y China (tipo de cambio).

¡Mucho cuidado!
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Monday, May 31, 2010

CRÉDITO BANCARIO

Por l' Economiste

En la Argentina el crédito bancario tiene una bajísima relación con el valor de la producción, aproximadamente el 12% del PBI, relación excepcionalmente baja a nivel mundial. Esta es una de las razones por la cual la crisis financiera internacional tuvo poco efecto en nuestro país. Claro está, que el costo del bajo crédito significa menos casas, menos inversión en el sector privado, altos impuestos, etc.

Ahora bien, tanto la política como las corporaciones empresarias saben de sus malas consecuencias y pretenden resolverlas ya sea con la creación de Bancos Estatales como por acciones del BCRA. En una palabra, lo que los bancos no ofrecen lo puede ofrecer el Estado (pese a la existencia de banca pública). Por lo tanto, una estatización directa o indirecta de la intermediación financiera sería la respuesta a la falta de crédito al sector privado.
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Esta solución es una de las tantas “supersticiones” económicas de la clase dirigente argentina. También equivale a posponer un tratamiento racional de un tema que puede afectar poder y dinero. El primer requerimiento para que exista crédito bancario es que haya ahorro bancario. Las instituciones financieras son “intermediarias” entre ahorro y crédito. Pero sin ahorro financiero no puede haber crédito financiero; aquí y en el mundo entero, ahora y siempre.

El enfoque del problema es entonces determinar la razón del bajo ahorro financiero local, lo cual supone saber por qué el ahorrista tiene ese comportamiento. Básicamente los argentinos no consideramos al peso como reserva de valor de mediano y largo plazo. La inflación, las tasas negativas de interés, las expropiaciones, etc. son antecedentes que expulsan el ahorro financiero en pesos.

Recrear el sistema monetario
No tenemos dinero propio “confiable”, por lo tanto no habrá crédito en nuestra moneda. Ante la larga historia de la baja calidad del dinero local los ahorristas —tanto personas físicas como empresas—, han cambiado su moneda dejando los pesos como moneda transaccional y el dólar o euro, como reserva de valor y unidad de cuenta. Prácticamente todas las grandes transacciones se hacen y valúan en moneda extranjera, específicamente el dólar. El segmento más relevante y frecuente es el inmobiliario.

Quiere decir entonces que conviven dos monedas, una local sujeta a todo tipo de riesgos jurídicos/fácticos y otra, el dólar, que mitiga los mismos. De todo esto se deduce que el Estado debe poner primero su atención en el sistema monetario y luego en las regulaciones crediticias. Los créditos con tasas subsidiadas en pesos no son la solución, muy poco para muchos o mucho para muy pocos. Las distorsiones económicas de largo plazo y la corrupción asociada a los subsidios, ya es por todos conocido.

No aceptar que estamos “en el mundo” y que las “supersticiones” sin competitividad del sector privado nos lleva a aumentar la pobreza relativa, es uno de los problemas a resolver. La situación internacional explica nuestro actual crecimiento (bajísimas tasas de interés con precios de las materias primas duplicados respecto a la década pasada), e impide ver los problemas que estamos acumulando: inflación, alto costo del capital, rigideces laborales, aumento de la pobreza, etc.

No habrá crédito bancario si no existe un dinero local de alta calidad. Este es el debate de fondo. La dolarización general y especialmente del mercado de capitales deja de lado los pesos estimulando el reclamo devaluacionista. El peso, por su debilidad intrínseca, crea todas las condiciones para elevar el costo del capital.

Ante esta realidad la estatización de la banca o las acciones más directas del BCRA para crear más crédito poco pueden lograr. La cuestión de fondo es recrear el vetusto sistema monetario argentino proveyendo a la sociedad mayor calidad en su función de reserva de valor y unidad de cuenta.
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Saturday, October 10, 2009

EL CIRCULO VICIOSO DE LA POBREZA EN ARGENTINA

Por l' Économiste

Es casi imposible que algún político deje de mencionar la problemática de la pobreza y sugiera que debería ser responsabilidad del Estado eliminarla o mitigarla. Los gobernantes, por falta de acciones "apropiadas" en la redistribución del ingreso, serían entonces los responsables finales de tal situación.

Para algunos (la mayoría) el Estado es el principal actor. La pobreza se explicaría por los gobiernos ineptos y corruptos. Si los gobiernos estuvieran en manos de los "buenos", la pobreza se eliminaría gradualmente. Para esto se proponen todo tipo de "planes sociales". Esta visión es uno de los paradigmas más fuertes de la actualidad y tanto los políticos como otras organizaciones repiten a coro esta superstición.

Si efectivamente la pobreza fuera la consecuencia de una inapropiada administración pública, con la experiencia histórica sobre el tema, ya hubiese dejado de existir en el mundo hace varios siglos. La realidad nos muestra que existen países en los cuales la pobreza extrema (indigencia) casi no existe; pero también es muy cierto que en otros países la situación es mucho más dramática.

La experiencia muestra que la ayuda humanitaria es necesaria, que debe ser bien administrada — pero que no elimina el problema, sino que atenúa sus consecuencias. Será muy difícil encontrar mucha pobreza en aquellos países con fuerte crecimiento de la actividad económica. Aquí está el meollo del problema: solo una alta tasa de inversión en actividades competitivas internacionalmente mejora la retribución real del trabajo y la ocupación.

La Argentina estaba entre las primeras 12 naciones por su PBI per capita hasta 1950. Esto explica la fuerte inmigración europea que recibimos hasta esos años. Pero eso se acabó; desde entonces el país cayó estrepitosamente en su posición internacional. Cabe preguntarse qué pasó. ¿Vinieron los "malos" a gobernar o se impusieron "malas ideas", creando un sistema económico no competitivo internacionalmente?

La mejor estadística para ver lo sucedido es comparar las exportaciones per capita del país con la de aquellos países con una población semejante a la Argentina. La situación es verdaderamente dramática. Nosotros exportamos aproximadamente 1.500 dólares per cápita (valores del 2007). Cualquier país europeo mediano está por arriba de los 6.500, llegando en algunos casos como Finlandia a los 17.000. Los nórdicos en general están arriba de esa cifra.

Los números muestran la pérdida de competitividad en la producción de bienes y servicios. El gran crecimiento del comercio exterior de los últimos 50 años ha sido de productos industrializados. Es aquí donde la Argentina no participó en forma relevante. Y ello llevó a una caída relativa de los ingresos globalmente comparados.

¿Qué ha sucedido y qué sucede en la decadencia? Sin duda aumenta la indigencia y se disparan secuencialmente crisis que la acentúan. En una economía no competitiva, el Estado no puede contar con recursos suficientes (que siempre provee el sector privado). Al principio se echó mano del impuesto inflacionario; el público le respondió a ese riesgo con la dolarización de sus activos financieros. Eliminada la alternativa inflacionaria (no del todo), se recurrió al default. Pero ante la repetición de este recurso se perdió el crédito público (y gran parte del privado) voluntario.

El hecho de haber anulado las fuentes genuinas del financiamiento —y la imposibilidad de usar las 'perversas'—, hace que el Estado finalmente no pueda resolver la extrema pobreza. Podemos decir entonces que la pérdida de competitividad directa o indirectamente aumenta la pobreza y la indigencia.

Queda una alternativa: la estatización de la actividad privada. Esta alternativa, que parte de la creencia que de esa forma habrá menos pobres, ha sido probada en el mundo y se ha demostrado su inutilidad.

Estas reflexiones apuntan a señalar que un sistema económico no competitivo de carácter "feudal" genera un pobreza creciente que el Estado no está en condiciones de resolver.
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Saturday, September 12, 2009

IMPERIO DEL DERECHO & CULTURA

Por L'Économiste

Cualquier observador llega fácilmente a la conclusión que en Argentina estamos asistiendo a una decadencia del imperio del derecho y consecuentemente de la "calidad institucional". Es un proceso que no se puede apreciar de un día para otro, pero sí en el mediano y largo plazo. ¿Cuándo empezó? No es fácil determinarlo; tampoco es fácil saber cuándo se va detener.

La reversión de esta situación es muy difícil de determinar, ya que sus orígenes siguen siendo oscuros. Existe una estructura legal desde la constitución y en las leyes que reglamentan su ejercicio en sus más diversas formas y jerarquías (códigos, resoluciones, regulaciones de organismos administrativos autárquicos, etc.) en el plano federal, provincial y municipal. Nadie podría decir que hay "vacíos legales" relevantes, más aún hay demasiado reglamentarismo con toda la dificultad que ello implica para la vida diaria de la sociedad civil.

También toda esta batería legal tiene un poder judicial para que la misma se cumpla. No se puede decir que no tenemos una burocracia que administre la ley. A lo cual debemos sumar el poder de policía. Asimismo, existe un poder legislativo que modifica u origina nuevas leyes. Visto "desde afuera" no hay un vacío en la formalidad institucional en el sentido que aquí estamos exponiendo.

La cuestión a develar es por qué los ciudadanos argentinos, los poderes del Estado y las instituciones civiles viven tan distanciados del imperio de la ley. Es evidente que el imperio de la ley y los límites al poder del Estado están legislados con sus defectos, que no son pocos. Pero sigue la pregunta sobre el porqué de este deterioro permanente del respeto por la ley y demás instituciones.

Hay quienes piensan que deberían cambiar los jueces, legisladores y reguladores. Que venga la "gente buena". Esto sucede permanentemente: hay elecciones, nuevos funcionarios judiciales, policiales, reguladores, etc. Sobre el origen de esta decadencia se pueden poner sobre la mesa muchas teorías, de muy difícil comprobación.

Sin embargo hay que intentar alguna explicación aunque sea muy parcial. Desde mi punto de vista, una Nación crea su Estado que se constituye legalmente sobre una base de valores previamente aceptados por la sociedad. La ley recoge principios previos que ya existen. A esto lo podemos definir como una cultura general, es decir, compartida por los grupos dirigentes. A partir de esa cultura se impone una constitución y toda la legislación derivada de la misma.

Sería torpe pensar que en una nación islámica pudiéramos imponer un sistema constitucional-legal propio de una nación europea moderna. Chocarían las culturas. Hay buena experiencia sobre algunos ensayos. Esto no quiere decir que la cultura no cambie, que ciertos principios se vuelvan obsoletos y se reemplacen por otros. Veamos ejemplos actuales: Asia y especialmente China, que pasa de una economía planificada a una economía de mercado.

Mi impresión es que la "cultura fundadora" de la Argentina, la que originó el derecho en nuestro país, ya no está vigente en las elites. Los valores de libertad, propiedad y la sociedad civil como el bien a proteger dentro de un esquema ético definido, van siendo reemplazados por el "derecho del más fuerte". Esto toma múltiples formas en la vida diaria, en total dicotomía con la ley formal y muy especialmente con los principios generales que le dan sustento.

En una palabra, hay una nueva cultura subyacente que no es la que dio origen a la constitución (aún con sus reformas), y dicha cultura no respeta el imperio de la ley ni al individuo. Al armarse un esquema de "fuerza", las instituciones quedan subordinadas y más aún, se someten a esas fuerzas.

¿Deben llevarnos estas reflexiones a un pesimismo estructural? No necesariamente. Pero no creamos que mientras más democrático sea el origen del poder político, más se resuelve la cuestión. El problema de fondo está por arriba de la acción electoral, está en el campo de las ideas. Está en el pensamiento de la organización jurídica de la Nación. Tampoco consideremos que el "consenso" es una solución profunda y estable. ¿Cuál es el contenido de ese consenso?

Sin elites introduciendo una cultura apropiada que recoja la ley formal, la dicotomía entre el imperio del derecho y la realidad se va agrandando progresivamente hasta llevarnos a un estado de necesidad de refundación nacional.
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Thursday, August 20, 2009

POPULISMO II

Por L'Économiste

En la presentación anterior comparamos al populismo con el socialismo, mostrando cómo éste último no rechazaba al mercado sino que lo perfeccionaba y ampliaba. También dijimos que la lección de la economía planificada se había aprendido (no en la Argentina).

Ahora queremos referirnos a algunas creencias o supersticiones del populismo argentino que explican gran parte de nuestra decadencia. La supertición más importante es considerar que el Estado tiene recursos propios e ilimitados. Los recursos del Estado se originan en la producción privada, en la suma de energía necesaria para disponer de los bienes y servicios que utilizamos los individuos permanentemente.

No tiene recursos "propios ": son ajenos, los pagan los "contribuyentes" o los aportan los prestamistas con su correspondiente compensación.

Esta superstición es progresiva: son inicialmente pocos los subsidios, y dirigidos a los "más necesitados", pero gradualmente se van extendiendo hasta el límite que se transforma en una creencia colectiva la posiblidad de "subsidiar a todos".

Si el Estado no está "presente", nos aseguran, la pobreza crece. La pobreza sería entonces la consecuencia de un comportamiento perverso de los que más tienen o de quienes gobiernan. Esta consideración se da de patadas con la historia de la humanidad. Los países con menos pobreza no son los gobernados y habitados por personas buenas y caritativas, sino aquellos con mayores posibilidades de desarrollo personal, en definitiva, los que crean los incentivos para una mayor competividad y producción privadas.

Otro mecanismo del Populismo es interferir en los precios de los mercados en forma directa o indirecta. Controles, limitaciones al comercio exterior (importaciones y exportaciones), cuotas e impuestos, precios "politicos" en los servicios públicos, etc.

En definitiva, se trata de salirse de las señales de precios o indicadores del mercado, para sustituirlo por la voluntad política de los gobernantes. Se considera que el mercado es un mecanismo poco eficiente vis-à-vis la tecnocracia gubernamental. Por esta razón la "globalización" es rechazada firmemente, ya que supondria someterse a la disciplina de la competencia abierta.

El argumento es cuidar "el empleo". ¿Pero qué tipo de empleo existe en una economía artesanal y primaria sin relaciones con el mundo? Efectivamente todos estarán ocupados, hasta sobreocupados para poder subsistir. Habrá, sí, islas de beneficiados por los poderes publicos; pero la gran mayoría se irá empobreciendo lentamente. Si eliminamos la division del trabajo y el progreso científico-tecnológico, aislándonos del sistema global, no habrá muchos desempleados, pero sí muchos sobrevivientes.

Una visión opuesta al populismo no es fácil de revertir cuando las supersticiones están profundamente presentes en los ciudadanos. La clase política, los medios de difusión, etc., son seguidores de la opinión pública.

Los límites aparecen con la crisis, pero no necesariamente cambian las creencias colectivas.
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Friday, July 31, 2009

SOCIALISMO & POPULISMO

Por L'Économiste

Mucha gente asocia ambos términos a la misma política. Esto ocurre de manera especial en la Argentina actual, y naturalmente en los países con claros manejos hegemónicos (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba, etc.) Sin embargo, el socialismo tanto europeo como asiático, nada tiene de populista si por ello se entiende "el proceso de ganar popularidad, con independencia de los costos en el mediano y largo plazo".

Es muy interesante notar la evolución europea, especialmente en el caso de las social-democracias e incluso del Eurocomunismo (sus descendientes). Estas ideologías han reconocido al "mercado" como un mecanismo eficiente para asignar las inversiones y para aumentar el nivel de vida de los más pobres. No hay otra explicacion de la gestación de la Union Europea; ninguno de los grandes partidos de izquierda europea propondría una vuelta atrás en esta materia.

Nadie en nombre del empleo volvería a una Europa no integrada económicamente. Más aun: esta unificación ha llegado a la moneda, para hacerla más eficiente y competitiva. No es otra la razón de crear el Euro. Todos saben las deformaciones que se originan por el manipuleo
cambiario.

También han aprendido que el mercado es más eficiente que la planificación: basta recordar a la Francia de los 1960s. Las diferencias entre lo que sería la izquierda y la derecha reside en la orientación del gasto público y la estructura impositiva. Más lo primero que lo segundo. ¡Pero ya no se discute el mercado!

Aquí, en nuestros países, gobernados casi siempre con una gran dosis de populismo, el mercado debe ser reemplazado por las órdenes del Estado. Existe una ortodoxia de la heterodoxia. Vemos todos los días cómo la opinión de las élites — politícas, gremiales, empresarias—, proponen "defenderse del mercado".

Como se hace esa "defensa"? Con proteccionismo, devaluaciones, subsidios a todos, precios máximos, limitaciones a las exportaciones, manejo de los salarios, etc. Estos mecanismos claramente reducen la eficiencia productiva y crean burocracias y élites atadas directa o indirectamente al Estado. En otras palabras: el poder del mercado es sustituido por el poder de pocos.

Claramente, en la experiencia "K", se ve cómo el país se va alejando del mundo en términos de competividad, haciendo industria extractiva de los más talentosos quienes tarde o temprano tratarán de emigrar o de aplicar su capacidad a empujar el sistema de intereses que destruye el progreso.

No son los "K" los únicos autores de esta obra; el soporte de este esquema debe buscarse en la mentalidad rentística y depredadora de muchos. Hay, sí, un momento en que estas políticas no se pueden detener; al avanzar, deterioran el valor de la propiedad privada de los medios de producción. Cuando esto comienza a suceder se para la inversión y la desocupación es creciente. Probablemente estemos en este punto.

Se ha herido gravemente a los mercados de todo tipo. Pero las élites ven las consecuencias sin estar muy en claro sobre las causas. La clase política, especialmente la izquierda vernácula —a diferencia de la Europea y Asiática— tiene un pensamiento contradictorio. Se maneja dentro del populismo, y es un soporte importante de la decadencia. La derecha no quiere ser "politicamente incorrecta" y silencia el análisis fino de las contradicciones del populismo.

Pero la crisis llega por la inflación o la insolvencia. Queda por saber quiénes la pagan y cómo se hace el cambio de los paradigmas populistas.
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Saturday, July 4, 2009

FRENOS & CONTRAPESOS. ¿HACIA UNA NUEVA MONEDA? SOBRE UNA IDEA DE L'ECONOMISTE
. L'Economiste: "¡Reforma monetaria! ¡Hacia un Nuevo Peso Argentino!", Frenos & contrapesos

Por Agustín Mackinlay
agustin_mackinlay@yahoo.com

-Comentario (I). ¿Quién dijo que no hay ideas en la Argentina? Desde este blog ofrecemos los rudimentos de una Nueva Economía Política para la Argentina, y nuestro especialista en temas monetarios propone nada menos que una audaz ... ¡reforma monetaria! La Nueva Economía Política que se irá desarrollando —aquí y en otros foros— parte de los tres principios que la Argentina necesita para una economía más innovadora y justa: independencia judicial, mejoras en la representación, y recuperación de la moneda. Las ideas de l'Economiste reflejan uno de estos pilares. En lo personal, el artículo me ayuda a precisar la noción de independencia del BCRA: la clave es la creación de una unidad de cuenta —el Nuevo Peso Argentino— que proteja al ahorrista de la inflación interna, es decir sin que el Estado pueda participar en su alteración.
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- Comentario II. Mi segundo comentario, más que una crítica, es un "agregado". Yo parto de la pregunta ¿Por qué fracasó la convertibilidad en la Argentina? Mi respuesta es: porque era el único freno institucional. El presidente Menem había destruido la independencia judicial; el presidente de la Rúa había hecho muy poco por mejorar la situación (remember Liporaci?); el Congreso era un chiste; el Sr. Cavallo, en 2001, tenía super-poderes. No había frenos y contrapesos. ¡La convertibilidad no podía soportar toda la carga! Desde este punto de vista, la comparación con Hong-Kong es muy instructiva. Cuando vino la deflación mundial de 1997-2001, Hong-Kong aguantó; la Argentina no. ¿Por qué? Porque Hong Kong tenía otras instituciones capaces de amortiguar la violencia de la deflación (en términos de su impacto sobre el costo del capital): independencia judicial, "rule of law", mercados financieros modernos, libertad de prensa, etc. La Argentina carecía —y carece— de este set-up institucional, de esta "infraestructura soft". Hong Kong la tenía, y la sigue teniendo. Hoy, la tasa de interés de corto plazo en Hong Kong es de ... 1% anual.
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- Comentario III. En síntesis, estoy de acuerdo con el planteo del Nuevo Peso Argentino. Pero creo que no debemos perder de vista la necesidad de presentar este tipo de iniciativas como parte de un programa más general de frenos y contrapesos. Sin este marco, toda reforma monetaria sufrirá la misma suerte que la Convertibilidad. Es interesante notar que a la creación del Bank of England en 1694 le sigue por muy poco tiempo el Act of Settlement (1701) que establece la independencia judicial. A notar también la decisión de la Corte Europea de Justicia, en 2000, sobre el principio de stare decisis — un elemento clave de la independencia judicial. ¡La decisión de la CEJ es tomada apenas un año después de la creación del euro! Mi punto es éste: no hay moneda sana sin independencia judicial, sin representación, sin libertad de opinión, sin conectividad. Es la historia de las grandes "potencias" monetarias: Atenas, Roma, Venecia, los Países Bajos, Inglaterra, los Estados Unidos, la Unión Europea ...

Saludos, y muchas gracias por la oportunidad de este debate.
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Friday, July 3, 2009

¡REFORMA MONETARIA! ¡HACIA UN NUEVO PESO ARGENTINO!

Por L'Économiste

No hay duda que la tasa de interés tiene un componente institucional, cuya cuantía depende de la historia de un país, y de las reformas a esa historia que podrían proponerse. El caso argentino es el clasico de las malas historias. Default, licuaciones, pesificaciones asimétricas, etc. reflejan los procedimientos más probables. La respuesta de los ahorristas argentinos e internacionales es bien clara: la practicamente inexistencia del crédito al sector público y al privado.

Ya hemos señalado en artículos anteriores las consecuencias de esta situación. No hace falta insistir. La gran pregunta es si podemos cambiar — y en qué deberia consistir dicho cambio. Dada la desconfianza que hemos sabido construir, los cambios deben contundentes para crear la sensacion inversa: la confianza. No se puede caer en la tentacion del gradualismo, ya sea por "razones politicas", o porque no lo entenderian, etc.

Si no hay contundencia no se recobrará la confianza. Esto implica en la práctica una reforma monetaria. No hay muchas alternativas a las ya conocidas y practicadas por muchos países del mundo. Cualquiera que se elija tiene siempre una característica y no tiene vuelta atras: se pierde la "soberania" monetaria. El poder politíco nacional no tiene competencia sobre la moneda.

El caso mas claro es el EURO. Ninguno de los paises que se han adherido al sistema hace "politica monetaria activa". Solo manejan el área fiscal, e incluso dentro de ciertas reglas. Lo mismo sucede con los paises que han dolarizado sus economias; desde este punto de vista, el caso más interesante es Ecuador. No es que conviva una moneda local con el dólar: ¡han eliminado la moneda local!

Hay otros casos como Chile, con su Unidad de Fomento (UF), que ha creado una unidad de cuenta que protege al ahorrista de la inflación interna, y este ajuste nunca fue alterado por el gobierno. Pese a las crisis que existieron y existen, esta regla funciona como el sistema métrico decimal; el Estado sólo se involucra si no se cumple.

En definitiva, el dinero o ciertas unidades de cuenta funcionan sin que el Estado pueda participar en su alteración. Se trata de darle al día 24 horas o al kilómetro 1000 metros: son convenciones "independientes" de la politica. Ella las ha creado porque siempre hay un soporte jurídico. Pero el poder ejecutivo no es soberano en estas materias. Estas reglas monetarias adquieren independencia, y allí reside su credibilidad.

Dicho esto, la Argentina —si quiere recuperar el crédito— debe primero recuperar la confianza en la moneda. Podría elegir una moneda extranjera de alta calidad, el Euro o el Dólar. También podría seguir el peso, pero creando una unidad de cuenta que ajuste activos y pasivos monetarios. En este caso el tema cambiario y sus riesgos seguirían presentes. Probablemente el índice de ajuste no tendría mucha credibilidad, no solo por su composicion sino por la periodicidad en los ajustes.

¡Reforma monetaria! ¡Hacia el Nuevo Peso Argentino!
Existe una alternativa de moneda propia que es la recreación del "peso argentino", que en lugar de estar relacionado directamente con el dólar debería estarlo con una canasta de materias primas y metales preciosos. La ventaja es que dichas materias primas (agropecuarias, metales, energéticas, etc) mantienen su homogeneidad; además, hay indices mundiales que se podrían integrar en la proporcion razonable que el banco emisor determinara.

Esta moneda sí sería "convertible", pero no por otra moneda fiduciaria, sino por mercancia (los indices). Sé que esta propuesta puede parecer una locura, pero dadas las circunstancias mundiales, esta moneda podría tener pretenciones que van más allá de nuestra fronteras. Lógicamente, deberia competir con las otras monedas extranjeras, el dolar y el euro que podrían usarse libremente. Lo que dejaria de existir es el peso que actualmente circula.

Todos esos pesos deberían ser canjeados por el Nuevo Peso Argentino. Su relación con las monedas extranjeras estaría determinadas por el valor de la canasta que representa. El proceso para llegar al punto de canjear reservas y base monetaria debe ser estudiado cuidadosamente y seguramente llevara un periodo de tiempo. Recordemos el proceso del Euro: al canje de la base se llegó luego de cambiar las unidades de cuenta.

Esta última propuesta —la recreación del "peso argentino"— servirá para estimular la creatividad de nuestros lectores.
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Friday, June 19, 2009

LA CONCEPCIÓN RENTÍSTICA DE LA CAMPAÑA POLÍTICA

Por L'Économiste

Creo que esta campaña política muestra a las claras la gran confusión de la clase política de diversos signos sobre las fuentes de nuestra decadencia económica. Pese a ser una campaña de congresistas, algunos de ellos pretenden llegar a la Presidencia de la República.

Lo sorprendente es la inexistencia de ideas, pero más sorprendente aún es el consenso de los candidatos más destacados en algunos temas que son la raíz de nuestra decadencia. Hay un "acuerdo" informal sobre el rol del Estado —no en la administracion de la justicia, especialmente en los derechos de propiedad y la libertad—, sino en su (supuesta) obligación de intervenir en todos los mercados a los fines de "distribuir la riqueza y los ingresos". De esa manera bajaría la pobreza y la indigencia.

La riqueza para estos candidatos es "algo dado"; no se origina por un proceso productivo que requiere capital, trabajo y asumir riesgos. Una competencia cada día más creciente a nivel global exige una velocidad en la innovación que el Estado no está en condiciones de administrar. Definitivamente se trata de una concepcion "rentistica" de la economía. Un nuevo medioevo.

Los señores feudales en una sociedad estancada tecnológica y científicamente sostenían al poder político con parte de sus rentas originadas en las propiedades. El mundo de hoy nada tiene que ver con lo que sucedió hasta mediados del siglo XIX. Hoy el mundo está integrado no solo comercialmente (los grandes bloques), sino en el acceso al conocimiento.

No existen más rentas permanentes; uno es (o no es) competitivo en la producción de bienes y servicios. El mercado finalmente manda. Pretender imponer la sociedad rentística nos llevará progresivamente a mayor pobreza y frustación. Los amos del poder politíco, al final del dia, no pueden resolver la pobreza si el sistema económico privado no funciona competitivamente.

Lamentablemente, la concepcion rentística y estática de la economía es el denominador común de nuestros candidatos (oficialistas y opositores). Esta concepción conduce a la superstición del distribucionismo como mecanismo para reducir la pobreza. Es evidente que ni la experiencia ni la ciencia muestran resultados positivos de dicha concepción; pero está ahi.

Se ve que la renovación de ideas en el país no se originará en el campo de la puja por los votos, sino en el mundo más intelectual que no es precisamente el del marketing político. Los candidatos trabajan con los paradigmas existentes; no serán ellos los encargados de cambiarlos. Ojalá la gente mas preparada y audaz se relacione independientemente con la opinión publica, sin "rogar" el voto.

La gran cuestión argentina es cómo cambiar los paradigmas que nos han conducido a la situación en la que estamos. Muchas veces da la sensacion que el problema le queda grande a los candidatos más populares.
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Wednesday, June 10, 2009

SIN MONEDA LOCAL

Por L'Économiste

Es muy interesante ver las consecuencias para un país —para la mayoría de sus habitantes— de no contar con una moneda que cumpla el rol de reserva de valor de mediano y largo plazo. La Argentina es un buen ejemplo de lo que "no se debe hacer" en esta materia. Existen muchos comentarios positivos por el bajo nivel de deuda hipotecaria de los argentinos. Según esta visión, esa ausencia de crédito nos ha evitado las crisis que estamos viendo en los países desarrollados.

Indudablemente si un país (sus habitantes) no tienen crédito, una crisis financiera les es inocua. Esto debe suceder en varios países y en las economías tribales donde algunas veces ni siquiera existe el dinero, solo el trueque. Pero una cuestión es no tener el crédito porque no se lo necesita —ya todo el mundo tiene su vivienda de acuerdo a un standard deseado, sus automóviles, etc— y otra muy distinta es no disponer de esos bienes porque nadie los financia a un costo adecuado.

¿Como serían los Estados Unidos y la mayoría de los países modernizados, si no hubiese existido el crédito a las familias y las empresas en las condiciones que prevaleció los últimos 50 años? La "ventaja" de no tener endeudamiento es igual a decir que tenemos la "ventaja" de no tener crédito, ni público ni privado. Es cierto, las crisis de confianza existen cuando esa "confianza" está más allá de los flujos futuros que la sostienen.

Pero la desconfianza permanente, que lleva a no tener moneda ni crédito, nada tiene que ver con las crisis globales que cada tanto ocurren en el mundo entero. Querer argumentar que ha sido "inteligente" no tener moneda ni crédito nos lleva a una tremenda falacia. Quienes piensan de esta forma, y los hay, pretenden reemplazar la fuga de los ahorros privados por el ahorro público. Este último para prestarles a los privados o al propio Estado, sus empresas.

El resultado final de este mecanismo no es otro que el aumento de la presión fiscal, ya que no existe el crédito público adicional. Como la presión fiscal tiene sus límites, se amenaza a los tenedores de deuda pública o de activos financieros, a ser expropiados. Otro mecanismo tradicional que se adiciona al anterior es la "devaluación". De esta forma se cobra el impuesto inflacionario directo e indirecto. Pero claro está, se va degradando la confianza en la moneda local, por cual el ahorro privado preventivamente se fuga del riesgo local.

Todo esto se puede resumir en un empobrecimiento creciente comparado con el resto del mundo, como consecuencia de un alto costo del capital, que no permite competir en la economía global.
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Thursday, May 28, 2009

EL ESTADO Y LA SOCIEDAD CIVIL

Por L'Économiste

Las políticas económicas argentinas "en general" han estado siempre muy cercanas a la creencia que el Estado debe ser el arquitecto de la producción privada y el distribuidor de la riqueza (capital e ingresos).

Esta sumisión de la sociedad civil al Estado se origina en la desconfianza que los mercados —y la integración con el mundo— den la misma "seguridad" a capitalistas y empleados. Tanto unos como otros ven en los mercados una amenaza permanente a su producción y empleo.

En esta visión será el Estado, por intermedio de sus gobernantes, el responsable final del bienestar de los ciudadanos. La sociedad civil y específicamente sus miembros, deberán peticionar sobre qué participacion les cabe en el ingreso. Dichas peticiones se administran de múltiples formas: salarios, precios, tipo de cambio, tasas de interés, créditos oficiales, desgravaciones, regulaciones en las exportaciones e importaciones, regímenes especiales regionales y por sectores, etc.

No se trata de una intervención del Estado para resolver una crisis "sistémica", sino de una forma de organización económica y social. Serán las "políticas de Estado" las que guiarán los destinos de cada uno. Y no cada uno, dentro de la ley.

Mas aún, las estatizaciones de grandes empresas también forman parte de esta desconfianza hacia el mercado. Dichas empresas asegurarían a sus clientes —una vez públicas—, tarifas más bajas. Estas prácticas van creando la ilusión de que el gobernante de turno puede crear más riqueza que los propios ciudadanos. Claro está que esa mayor paticipación en la torta dependerá del poder de negociación de cada grupo con el Estado.

La decadencia argentina está muy ligada a estas superticiones del Estado Benefactor, y al alejamiento de las señales de los mercados internacionales. Como toda decadencia, transcurre lentamente; no se puede percibir en su velocidad. Sólo el largo plazo la muestra. Por eso es fácil insistir en esta orientación.

La sociedad civil cree en su debilidad para afrontar cualquier proceso de modernizacion, por eso recurre y se somete al Estado. El Estado que tenemos es el resultado de una cultura civil — podriamos decir que es una elección democrática.

Sunday, May 17, 2009

ECONOMÍA & INNOVACIÓN. EL TIPO DE CAMBIO COMPETITIVO Y LAS ADUANAS

Por L'Économiste

Para la mayoría de la opinión pública "ilustrada", la competividad de una región estaría determinada por la política cambiaria que "desee seguir". En este análisis, aquellos países que tienen la misma moneda —por ejemplo el Euro— su mutua competividad (es decir entre ellos) quedaría bloqueada y tendería el comercio mutuo a disminuir.

Por el contrario, los países con monedas sin curso legal ni aceptación internacional, vía su banco "emisor" se irían transformando gracias a sus políticas cambiarias en países de alta competividad. Si ella se viera afectada por el comportamiento de otros países competidores, la respuesta debe ser "devaluar".

En una palabra, la competividad internacional de un país depende de su banco de emisión (llamados Bancos Centrales). Esta creencia en el caso argentino no es menor. Más aún esta posición teórica es defendida desde las más diversas tribunas. Los argumentos para destruir este concepto son múltiples, pero me parece más eficaz hacer una parodia desde donde se verá más claramente la falacia.

Supongamos que en un momento dado la Provincia de Córdoba decide la "independencia" del resto de Argentina. Quiere ser un país "soberano". Finalmente su tamaño económico y de población no difieren del Uruguay. Esta soberanía está atada a muchos costos adicionales, que hoy presta la Nación. No es necesario extenderse en ellos.

Pero hay un tema central que es el de la moneda y la política aduanera. Supongamos que el nuevo país decide fijar un tipo de cambio competitivo, y cambie a los tenedores de los pesos argentinos, tres pesos cordobeses por cada peso argentino. Es decir, que el dólar valdrá en términos de pesos cordobeses en lugar de 3,70 aproximadamente 11 de la nueva moneda.

Además, la aduana cordobesa establece aranceles para todo lo producido o producible en Córdoba del 35% más algunos regímenes de restricciones para-arancelarias. Tendría adicionalmente el recurso fiscal de las retenciones a las exportaciones. A las luces de la "ilustración" económica, se estaría siguiendo el "modelo" que aplica actualmente la Argentina.

Esto daría lugar a un fuerte crecimiento del mercado interno y de la ocupación. Si fuera lo correcto, cada una de las grandes provincias debería establecer sus aduanas y sus Bancos Centrales; la suma de estas políticas "aumentaría la ocupación" y los superávits gemelos en cada una y por lo tanto del conjunto. Ha llegado la hora de que los gobernadores promuevan su independencia económica y se den para sí el modelo productivo.

Una Argentina con aduanas interiores, con múltiples monedas devaluadas constantemente crearía la prosperidad tan deseada por los habitantes del ex-país. Esta recomendación podría ser seguida por la Unión Europea, volviendo a la múltiples monedas y abandonando el Mercado Común.

Esta parodia no difiere en esencia de lo que nos están recomendando diversos grupos de influencia y muchos economistas ligados al actual modelo.

Wednesday, May 13, 2009

ECONOMÍA & INNOVACIÓN. NUEVAMENTE INFLACIÓN EN PESOS Y DEFLACIÓN EN DÓLARES

Por L'Économiste (*)

[Publicado originalmente el 3 de abril de 2009]

Es sumamente interesante seguir los acontecimientos económicos de la Argentina de las últimas semanas. Por un lado el BCRA está siendo presionado por el público, al cambiarle pesos por dólares. No existen estadísticas claras sobre este abastecimiento, pero debe superar los 100 millones diarios. Los ahorristas son quienes requieren billetes "verdes" y salen de pesos en efectivo y de depósitos bancarios. A los fines de atenuar sus ventas, el BCRA ha venido subiendo el precio en pesos del dólar — acelerando el ritmo devaluatorio desde Octubre de 2008, pero especialmente durante este primer trimestre del 2009.

La demanda de dinero (dólares) ha aumentado, con diversas consecuencias dado el sistema bimonetario argentino:

. Caída de la demanda de bienes y servicios;

. Reducción de la oferta crediticia. Se trata de una corrida crediticia "preventiva", por una eventual mayor fuga de depositos en pesos;

. Precios en pesos aumentando a un mayor ritmo que los meses pasados por la devaluación creciente;

. Mayor insolvencia potencial del sector público por caída de actividad económica y reservas del BCRA;

. Dificultades crecientes del sector privado por limitacion del crédito y caída de la demanda.

Proyectando esta situacíon, se llega a una situación de insolvencia real que obliga a un cambio de planteo económico. Lamentablemente, una gran parte de la opinion "influyente" cree que el mecanismo es la devaluación del peso y la continuidad del modelo "devaluacionista-proteccionista". De esta manera se mantendría la ocupación y se recuperaría la solvencia fiscal. No ven que nuestra crisis estructural pasa por no tener moneda y por nuestra restringida "vinculación" con el comercio mundial. Esta crisis de confianza se traduce en una mayor dolarización y por lo tanto en una caída del crédito público y privado. La cuestión vuelve a estar presente, y lamentablemente no existe consenso para adoptar una moneda o unidad de cuenta que haga atractivo el ahorro interno. Es por ello que se está devaluando "preventivamente" desde el BCRA, y el publico sigue cambiando sus pesos por dólares.

El debate sobre la salida se viene. El origen del problema ya no es el acople a la crisis internacional, sino las contradicciones del sistema actual, muy lejos de resolverse con mayor devaluación y proteccionismo.
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ECONOMÍA & INNOVACIÓN. SOBRE LA DECADENCIA ARGENTINA

Por L'Économiste (*)

[Publicado originalmente el 14 de marzo de 2009]

La decadencia económica argentina ha sido explicada por los más diversos motivos. Educación, déficit fiscal crónico, falta de elites ilustradas, la inmigración, Perón, los militares, el populismo, etc, etc. Tratando de hacer síntesis, todas estas razones, más que las causas son efectos necesarios de la decadencia económica y social. Es muy difícil que un país decadente en lo económico sea innovador en lo científico y en lo educativo. Ni que hablar en la modernización cultural. En los tiempos modernos, a partir de mediados del siglo XIX, la globalización fue creando una división del trabajo y una interrelación con el resto del mundo, que permitió bajar los niveles absolutos de pobreza, como nunca había sucedido.

Este sistema global hoy se ha acelerado por el bajo costo de la transferencia de información y por el aumento del comercio internacional asociado a estos menores costos. A ello debemos agregar un mercado de capitales mucho más eficiente que en el pasado. La Argentina, a diferencia del resto de los países exitosos, ha tenido dos caracteristicas que aun hoy mantienen plena vigencia: el proteccionismo y una moneda débil (casi inexistente como reserva de valor). Más aún, las recomendaciones expresas o veladas del propio sector privado son precisamente aumentar el proteccionismo y devaluar (tipo de cambio competitivo). Con estos mecanismos se mantendría la ocupación y se promoverían las exportaciones de todo origen.

Creo que la perversidad de estas creencias, en términos de crecimiento económico de largo plazo, ha tenido un costo que no ha sido medido. El cerrar la economía nos lleva a una economía primaria y artesanal. El no tener moneda restringe el crédito y la formación de capital. Con estas características, los exitosos económicamente son los "herederos" (no hay acceso al capital de terceros) y los vinculados con los poderes políticos de turno. Es así como los ricos son percibidos por los pobres, sin entender demasiado las razones de su pobreza estructural. La política no interviene en este debate, ya que no tiene rendimiento electoral en el corto plazo. Es mejor dejar que las supersticiones populares sostengan el sistema que combatirlas.

La clase empresaria nacional opina muy poco; pero en general es proteccionista y devaluacionista. Solamente cuando el desorden hace peligrar el valor de la propiedad privada se notan algunas reacciones. Los economistas difusores entienden el problema pero a mi juicio no le dan la importancia substancial que tiene. Es así que la opinión pública —especialmente la clase media— propicia su propia extinción.
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DEUDA PÚBLICA & IMPUESTOS

Por L'Économiste (*)

[Publicado originalmente el 21 de febrero de 2009]

La deuda pública argentina se cotiza en los mercados a un descuento equivalente a un "cuasi default", por nuestros problemas y por la crisis global. El Estado y sus ciudadanos quieren honrar estos pagos, de lo contrario no podrán recuperar el crédito público ni el privado.Un mecanismo interesante es aprovechar el tremendo descuento de estos títulos, para que sus servicios (intereses y amortizaciones) puedan ser un medio de pago de impuestos del sector privado. Se trata de no afectar la recaudacion por lo cual dichos servicios deberían ser aplicados a esos pagos en las fechas de vencimiento.

El Estado en lugar de abonar el 100% de los servicios, recibiría por parte del contribuyente los cupones para el pago del 100% de sus impuestos. Si sobrara dinero, se estarían pagando impuestos adelantados o a cuenta. Los vencimientos del 2009 y 2010 no son pocos; la demanda se concentraria en los bonos con mayores servicios inmediatos, y deberían ser comprados con la mayor antelación para obtener la mayor reducción posible de los impuestos a pagar.

El Estado solo tendría una solución mejor si entrara en default, pero ya sabemos lo que esto significa en terminos de ingresos para los más pobres. El beneficio fiscal no lo paga la Tesorería, sino el mercado. Los bancos deberían poder financiar con depósitos en dólares a sus clientes los títulos nominados en esta moneda, quedando como depositarios y mandatarios para hacer los pagos fiscales en las fechas de vencimiento de los servicios.

En síntesis: la propuesta equivaldría a una reduccion impositiva y a una reduccion de la deconfianza sobre Argentina.
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ECONOMÍA & INNOVACIÓN. AHORRO & INVERSIÓN EN LA ARGENTINA

Por L'Économiste (*)

[Publicado originalmente el 27 de enero de 2009]


- Existe un ahorro argentino; todas las estadísticas de cuentas nacionales lo muestran; es modesto.

- Pero gran parte de dicho ahorro se "dolariza", e incrementa lo que en la jerga de los economistas se llama "fuga de capitales".

- El crédito bancario al sector privado es actualmente del 12% del PBI, cifra superada por casi todos los países y totalmente en contradicción con el nivel de ingreso por habitante.

- Los argentinos dolarizan sus ahorros financieros para salirse del "riesgo-licuación", para no ser "estafados" por el sistema.

- Al mismo tiempo la clase dirigente pide "más crédito bancario" en pesos; este pedido se lo hace al gobierno ... ¡no a los ahorristas!

- Así se va creando una serie de paradigmas totalmente contradictorios: (a) Se puede crear crédito sin estimular el ahorro privado; (b) Se debe tener una moneda local "devaluable" para poder corregir los desequilibrios, sin que el peso de dicha corrección caiga sobre los "deudores" — lo que favorece a los ahorristas en dólares y a los deudores en pesos; (c) Es bueno tener dos monedas: una local (el peso), que es transaccional domésticamente y otra (el dólar) que es medio de pago para las grandes transacciones y reserva de valor; (d) Si el mercado privado no puede en estas condiciones generar crédito, lo debe hacer el Estado, con sus bancos u otras instituciones; (e) Una moneda local de alta calidad es algo malo para el crecimiento económico.

En sintesis: los derechos de propiedad sobre los ahorros privados están sujetos a expropiaciones parciales, por lo cual no se puede esperar crédito a costo internacional competitivo.
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ECONOMÍA & INNOVACIÓN. CRISIS MUNDIAL & MONEDA

Por L'Économiste (*)

[Publicado originalmente el 16 de enero de 2009]

Un análisis detallado de lo sucedido y de la continuidad de la crisis mundial nos lleva a preguntarnos sobre el verdadero origen de las burbujas en ciertos activos financieros. ¿Qué hicieron los Estados Unidos para que sus tasas de interés crearan tanto incentivo para los apalancamientos en el financiamiento de otros activos de mayor riesgo? ¿Qué hicieron los países superavitarios en cuenta corriente?

Los originadores de la gran oferta dolares en el mercado crediticio fueron los países con excedentes crecientes de sus reservas. Pero estas reservas de los bancos centrales eran adminisitradas por burocracias que adquirieron bonos de corto plazo del Tesoro estadounidense, reciclando este dinero al sector público de dicho pais. Directa o indirectamente, las "reservas " crecientes de dolares volvieron al ciudadano americano, financiando su sector público y privado a tasas que los propios americanos no hubiesen estado dispuestos a ofrecer.

De allí el valor que tomaron ciertos activos (desde los tóxicos hasta los convencionales). Pero en un momento determinado los beneficiarios de este crédito de Bancos Centrales con reservas crecientes comenzaron a desconfiar de su futura sustentabilidad. Con esto quiero dejar planteado que el sistema monetario global encuentra su equilibrio en la caída del valor de los activos y no en el ajuste interno que deben hacer los países con "burocracias como inversores".

¿Podría haber sucedido esta crisis con una moneda global que se ajuste a un mismo patrón? ¿Si los Estados Unidos y Europa fueran los únicos territorios mundiales y tuvieran una moneda global, podría haber sido posible esta crisis? Lo más interesante del caso es que todas las medidas para resolver la caída del crédito se focalizan en crear más dinero — sustituyendo el Estado al crédito privado por el público.

Pero al final del día no hay crédito público si no lo genera el sector privado. Son los privados quienes —adquiriendo bonos públicos— indirectamente están afrontando la crisis. La pregunta del millón es: ¿Hasta qué punto los privados (únicos inversores genuinos) estarán dispuestos a seguir adquiriendo bonos (o sea dolares)? ¿No estaremos ante una crisis del sistema monetario global, y que sea esta la via apropiada para llevar las cosas a un sano equilibrio?

Los desequilibrios fiscales no pueden ser ilimitados, más cuando no hay un sistema monetario global. La restitución de la confianza es el tema central. El desequilibrio fiscal creciente puede corregir solo una parte —muy pequeña— del tema de fondo.
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(*) L'Économiste, uno de los más importantes economistas-empresarios de la Argentina, nos ha mandado una serie de notas. ¡Esperamos muchas más a lo largo de 2009!