Saturday, September 12, 2009

IMPERIO DEL DERECHO & CULTURA

Por L'Économiste

Cualquier observador llega fácilmente a la conclusión que en Argentina estamos asistiendo a una decadencia del imperio del derecho y consecuentemente de la "calidad institucional". Es un proceso que no se puede apreciar de un día para otro, pero sí en el mediano y largo plazo. ¿Cuándo empezó? No es fácil determinarlo; tampoco es fácil saber cuándo se va detener.

La reversión de esta situación es muy difícil de determinar, ya que sus orígenes siguen siendo oscuros. Existe una estructura legal desde la constitución y en las leyes que reglamentan su ejercicio en sus más diversas formas y jerarquías (códigos, resoluciones, regulaciones de organismos administrativos autárquicos, etc.) en el plano federal, provincial y municipal. Nadie podría decir que hay "vacíos legales" relevantes, más aún hay demasiado reglamentarismo con toda la dificultad que ello implica para la vida diaria de la sociedad civil.

También toda esta batería legal tiene un poder judicial para que la misma se cumpla. No se puede decir que no tenemos una burocracia que administre la ley. A lo cual debemos sumar el poder de policía. Asimismo, existe un poder legislativo que modifica u origina nuevas leyes. Visto "desde afuera" no hay un vacío en la formalidad institucional en el sentido que aquí estamos exponiendo.

La cuestión a develar es por qué los ciudadanos argentinos, los poderes del Estado y las instituciones civiles viven tan distanciados del imperio de la ley. Es evidente que el imperio de la ley y los límites al poder del Estado están legislados con sus defectos, que no son pocos. Pero sigue la pregunta sobre el porqué de este deterioro permanente del respeto por la ley y demás instituciones.

Hay quienes piensan que deberían cambiar los jueces, legisladores y reguladores. Que venga la "gente buena". Esto sucede permanentemente: hay elecciones, nuevos funcionarios judiciales, policiales, reguladores, etc. Sobre el origen de esta decadencia se pueden poner sobre la mesa muchas teorías, de muy difícil comprobación.

Sin embargo hay que intentar alguna explicación aunque sea muy parcial. Desde mi punto de vista, una Nación crea su Estado que se constituye legalmente sobre una base de valores previamente aceptados por la sociedad. La ley recoge principios previos que ya existen. A esto lo podemos definir como una cultura general, es decir, compartida por los grupos dirigentes. A partir de esa cultura se impone una constitución y toda la legislación derivada de la misma.

Sería torpe pensar que en una nación islámica pudiéramos imponer un sistema constitucional-legal propio de una nación europea moderna. Chocarían las culturas. Hay buena experiencia sobre algunos ensayos. Esto no quiere decir que la cultura no cambie, que ciertos principios se vuelvan obsoletos y se reemplacen por otros. Veamos ejemplos actuales: Asia y especialmente China, que pasa de una economía planificada a una economía de mercado.

Mi impresión es que la "cultura fundadora" de la Argentina, la que originó el derecho en nuestro país, ya no está vigente en las elites. Los valores de libertad, propiedad y la sociedad civil como el bien a proteger dentro de un esquema ético definido, van siendo reemplazados por el "derecho del más fuerte". Esto toma múltiples formas en la vida diaria, en total dicotomía con la ley formal y muy especialmente con los principios generales que le dan sustento.

En una palabra, hay una nueva cultura subyacente que no es la que dio origen a la constitución (aún con sus reformas), y dicha cultura no respeta el imperio de la ley ni al individuo. Al armarse un esquema de "fuerza", las instituciones quedan subordinadas y más aún, se someten a esas fuerzas.

¿Deben llevarnos estas reflexiones a un pesimismo estructural? No necesariamente. Pero no creamos que mientras más democrático sea el origen del poder político, más se resuelve la cuestión. El problema de fondo está por arriba de la acción electoral, está en el campo de las ideas. Está en el pensamiento de la organización jurídica de la Nación. Tampoco consideremos que el "consenso" es una solución profunda y estable. ¿Cuál es el contenido de ese consenso?

Sin elites introduciendo una cultura apropiada que recoja la ley formal, la dicotomía entre el imperio del derecho y la realidad se va agrandando progresivamente hasta llevarnos a un estado de necesidad de refundación nacional.
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1 comment:

  1. L'Économiste

    Qué temas! Justamente estaba preparando una entrada sobre el problema de la falta de cumplimiento de normas & leyes en la Argentina. Mi punto de partida es privilegiado: se trata de comparar con Holanda, un país notable por el cumplimiento de las normas.

    Voy a pensar más en los temas abordados en esta entrada: no descarto otro comentario ...

    Agustin

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