MI SALIDERA BANCARIA
"No todos salen perdiendo del desgobierno" — Alejandro Nieto
Por AM
Buenos Aires, agosto de 1996. Trabajo como economista internacional en el banco A. Por una de esas razones que no logro recordar, sube bruscamente la tasa de interés de corto plazo. Pero el banco B, donde tengo parte de mis ahorros, se niega a pagar mejores tasas. Para mí es un asunto de enorme importancia — quiero comprarme un departamento. Decido entonces llevar los fondos del banco B hacia el banco A. Hay unos 70 metros de distancia entre los dos, digamos en la zona de Florida y Sarmiento. Estoy perfectamente al tanto de los riesgos. Visto un traje con sólidos bolsillos, y un sobretodo 'piel de camello'. Son las dos de la tarde. En la ventanilla de la caja, retiro mis fondos. Todo parece de lo más normal. O tal vez no. Una chica del banco se acerca y me pregunta por qué retiro los fondos.
Le contesto: "Por el bajo rendimiento". Muy bien. Salgo del banco. Tras unos diez pasos por Florida en dirección a Sarmiento, siento un frío intenso en la parte izquierda de la cara y del cuello. Me han tirado una especie de líquido, mezcla de yoghourt y de algo pegajoso. Color marrón. Cuando levanto la mirada, un individuo semi-escondido en la entrada de un lugar clausurado me hace señas. Canoso, con bigotes; unos 55 años. Tiene un trapo en la mano y se ofrece para 'ayudarme' a limpiar mi sobretodo. No veo cómplices. En un segundo tomo la decisión: ¡salgo corriendo! Jugaba al fútbol, y a pesar de una crónica lesión —doble operación por rotura de ligamentos cruzados— logro llegar rápidamente (y con mi dinero a salvo) al banco A.
Un colega se ofrece ir 'a cagarlo a trompadas'. Ya es tarde. Lo único que había perdido era mi sobretodo. Al año siguiente me transformaba en feliz propietario. Lo que más me molestó fue la actitud del presidente del banco B, al cual pude llegar por unos contactos. Era obvio que los cajeros de su banco tenían un estrecho vínculo con los bandidos de la calle Florida. Esta fue su respuesta: "Ehh, ahh, bueh ..."
es ca lo frian te
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