Tuesday, February 18, 2014

BARBARIE

AM | @agumack

"La opinión que cada cual tiene de su seguridad" — Montesquieu

Todos conocemos las barbaridades del kirchnerismo en materia institucional. En lo personal, comencé a llamar la atención sobre este punto desde el mismo día que asumíó Néstor Kirchner. Como su mujer era la virtual líder del Senado (y presidenta, nota bene, de la Comisión de Asuntos Constitucionales), este cuerpo quedaba anulado de un plumazo. (En EEUU, Hillary Clinton tuvo que esperar el final del segundo mandato de su marido para presentarse al Senado). En 2005 llamé la atención sobre el significado del reembolso al FMI desde el punto de vista de la independencia del banco central.

Luego los eventos se precipitaron: contra-reforma del Consejo de la Magistratura (2006), inexplicable falta de control sobre NK a partir de 2007 (el grave riesgo de un poder ejecutivo compartido), despido de Martín Redrado en 2010, Estado dentro del Estado (La Cámpora), etc. Y todo esto en medio de la escandalosa intervención del INDEC y de los intentos de destruir la libertad de prensa. Los resultados son exactamente los que habíamos anticipado: hiper-corrupción, ausencia de crédito, impunidad, alto policy risk, alta inflación, desigualdad, inseguridad sobre la vida, la libertad y las posesiones. Solo la enorme liquidez global, y la consecuente suba en el precio de la soja —entre 2003-2007 y 2009-2011— pudo sostener semejante nivel de des-gobierno.

* * *

En medio de este panorama desolador, parece difícil encontrar más espacio para la barbarie. Y sin embargo es lo que acaba de lograr un tal Julián Álvarez, Secretario de Justicia. (Creo que el Sr. Álvarez es de la agrupación La Cámpora). Esto dijo el funcionario (*):

Quisiera que los jueces hagan política a través de sus sentencias.

Con una sola frase, el Secretario de Justicia se carga el derecho. Lo que está diciendo, en una palabra, es que no hay ni habrá contratos en la Argentina. Me gusta pensar la independencia judicial con los mismos criterios que la independencia del banco central. Sin un ancla para utilizar de referencia (un objetivo de tasa de inflación, una o varias monedas y/o commodities), habrá caos monetario. De la misma manera, sin un ancla para los jueces (la Constitución, las leyes, los precedentes), la justicia colapsará. Es exactamente lo que estamos viendo ahora.

La ausencia de tenure en el cargo de presidente del banco central refleja la debilidad del tenure en el cargo de juez [ver]. La mala formación profesional de los directores del BCRA es la contracara de la selección de 'jueces K'. Et ainsi de suite. No se deje engañar por la pinta y las apariencias: el Secretario de Justicia representa la barbarie misma. No va a ser fácil volver a la civilización.

(*) Julián Álvarez: "Quisiera que los jueces hagan política a través de sus sentencias", Infobae, 16 de febrero de 2014.
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