"... Portugal é o país nórdico do século XXI" — Marcelo Rebelo de Sousa
Estuve unos días en Porto por las fiestas de fin de año. Me gustó mucho la ciudad a pesar de la lluvia incesante (los locales estaban agradecidos: no llovía desde el mes de junio). Impresionante la vista desde, y debajo de, el Ponte Luiz I, especialmente del lado de las bodegas. Muy bueno el tinto tawny, fuerte y dulce. Lo cool es el Porto tonic (no soporto el gin tonic). Espectaculares los jardines de la Fundaçao de Serralves—aunque muy decepcionante la exposición de Jorge Pinheiro D'après Fibonacci. Gran especialidad en bacalao asado y 'a la portuguesa', con cebolla, verduras y papas fritas. Por todos lados siven leitão (lechón).
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- Vino & libertad. La región del Douro produce vinos desde el siglo XII. Al igual que en la zona de Bordeaux, la demanda de Inglaterra alienta el 'boom' de producción y la constante mejora de la calidad. Con el correr del tiempo, los locales desarrollan una cultura política basada en la libertad comercial, bajos impuestos, des-centralización administrativa. Recordé, sobre este punto, la biografía de Montesquieu por Jean Lacouture [1]. Exportador de vinos de Burdeos al mercado inglés, Montesquieu admira el sistema inglés de libertad bajo la ley, y estudia el vínculo entre seguridad, contrapesos institucionales, y tasas de interés [ver]. Algo parecido sucede con el vino en el Douro. (La nota de Portugal en el Índice de Contrapesos es buena: No. 21, justo después de Estados Unidos y Francia). El tratado de libre-cambio entre Portugal e Inglaterra, firmado en 1703, inspira páginas importantes de Adam Smith (sobre tratados comerciales) y David Ricardo (sobre ventajas comparativas).
- Marcelo. El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, es la principal figura política del país. Ha logrado conquistar el corazón de los portugueses gracias a su fenomenal empatía. Todo el mundo le dice Marcelo. El director de Gente escribe: "Nunca houve um político com uma empatia tão grande, seja com pobres, ricos ou remediados. Estou à vontade para tratá-lo apenas pelo nome própio, pois Marcelo". Su único poder formal es el poder de veto. Estaba a punto de aplicarlo para frenar una ley de financiamiento de los partidos que consideraba demasiado generosa para los políticos. Marcelo propone "um teto máximo para os fundos angariados e despesas das forças políticas". También defiende la estricta disciplina fiscal que explica la recuperación de la economía luego de la crisis de la eurozona.
- Libros. Mientras camino por Porto, busco una biografía del marqués de Pombal, el déspota ilustrado que lidera la reconstrucción de Lisboa después del terremoto de 1755. No la consigo; pero no me quiero ir sin un par de libros en portugués. Entonces recuerdo que mi amigo @npatric había leído con interés a Fernando Pessoa; compro dos de sus libros. Más tarde, durante la visita a librería Lello, hojeando una Histoire du Portugal, encuentro esto:
Présentant, en janvier 1928, sous forme d'une série de justifications, la défense de l'idée de dictature militaire, l'écrivain Fernando Pessoa (1886-1935) désignait cet état de transition sous le nom « d'interrègne ». Sans défendre pour autant les « actes particuliers de la dictature militaire », Pessoa précisait toutefois que « si demain cette dictature devait tomber, les arguments no tomberaient pas avec elle » [2].
O sea: Pessoa apoya el golpe que reemplaza la democracia liberal en mayo de 1926. Igual que Mussolini. No lo sabía. Esa noche me explica el Dr. Patrici por Whatsapp (desde Barcelona): "Pessoa era un conservador anti-liberal. Exquisito. Pero anti-liberal". Le comento que Jorge Luis Borges [ver] también era un exquisito conservador, aunque no anti-liberal. Veremos. Tengo lectura para rato. Tal vez los argumentos de Pessoa resulten interesantes: muchas veces los defensores del ideal republicano descuidamos la importancia del principio de autoridad [ver].
- Livraria Lello. No tenía ganas de ir. El solo hecho de ver las colas de turistas para entrar me producía rechazo. Estaba seguro que era la típica librería sin libros, que "vende" antes que nada su belleza arquitectónica. Al final fui. Diagnóstico confirmado. No se trata de libros—no hay muchos. (La Ateneo Grand Splendid, que no tiene libros extranjeros, es mejor). La gran atracción es la escalera, aparentemente utilizada en una escena de Harry Potter. Chicos y chicas sacándose selfies. Nada más. Y te hacen pagar €4 para entrar, a 20 metros de la entrada, en un shop de merchandising donde los libros brillan por su ausencia.
[1] Jean Lacouture. Montesquieu. Les vendanges de la liberté. Paris: Seuil, 2003 [VIDEO]
[2] Albert-Alain Bourdon. Histoire du Portugal. Paris: Chandeigne, 2012, p. 28.
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