"Jafnan dóm lét hann hafa ríkan sem óríkan"— Knýtlinga saga
En su introducción a la saga de los reyes de Dinamarca, Simon Lebouteiller da gran importancia a Snorri Sturluson y su presentación del rey de Noruega Óláfr Haraldsson (1015-1028) en Heimskringla [1]. Tras su muerte, Óláfr fue conocido como San Óláfr y también como rex perpetuus Norvegiae. Este punto es clave para entender ... la Argentina del siglo XXI.
* * *
El anónimo autor de la saga danesa se inspira en Snorri cuando escribe sobre Knútr Sveinsson, el primer rey santo de Dinamarca, al que dedica varios capítulos a pesar de su corto reinado (1080-1086). "On mesure ainsi toute l'influence de l'œuvre magistrale de Snorri", concluye el editor. El capítulo 29 de Knýtlinga saga contiene esta frase:
Toujours il jugeait les riches comme les pauvres
Aunque no corresponde hablar de 'separación de poderes' en el siglo XI, se desprende un grado de independencia judicial en la actuación del rey Knútr. Tuve la temeridad, al estilo de Jorge Luis Borges (lector de Snorri), de ir al texto en islandés antiguo. Borges no disponía de traducciones online. Pero es algo muy fácil hoy en día—conseguí rastrear la frase en dos minutos:
Jafnan dóm lét hann hafa ríkan sem óríkan
La traducción inglesa de Michael Barnes [2] cierra con la de Simon Lebouteiller:
He gave both mighty and unmighty equal punishment
Consistencia temporal e independencia judicial
La Argentina, como bien señala el Premio Nobel de Economía Finn Kydland, sufre de inconsistencia temporal. Cuando analiza el problema en el contexto del país ("which I have studied intensively"), el Sr. Kydland lo hace siempre desde el punto de vista de la política económica [3].
Pero estoy convencido que hay una inconsistencia más grave—y mucho más profunda. No abarca solamente la política económica, sino el propio andamiaje institucional. Nadie sabe exactamente qué pretende el presidente/presidenta de turno. ¿Intentará modificar la constitución para quedarse en el poder? [4].
Esa duda siempre está. Y condiciona el mercado de crédito. Para perpetuarse en el poder, los presidentes necesitan sí o sí controlar el sistema judicial. Al hacerlo, debilitan la confianza sobre el cumplimiento de los contratos. Esto contrae la oferta de crédito, con consecuencias bien conocidas: crisis fiscal crónica y bajos salarios.
Pero estoy convencido que hay una inconsistencia más grave—y mucho más profunda. No abarca solamente la política económica, sino el propio andamiaje institucional. Nadie sabe exactamente qué pretende el presidente/presidenta de turno. ¿Intentará modificar la constitución para quedarse en el poder? [4].
Esa duda siempre está. Y condiciona el mercado de crédito. Para perpetuarse en el poder, los presidentes necesitan sí o sí controlar el sistema judicial. Al hacerlo, debilitan la confianza sobre el cumplimiento de los contratos. Esto contrae la oferta de crédito, con consecuencias bien conocidas: crisis fiscal crónica y bajos salarios.
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Vuelvo a Óláfr Haraldsson, el rex perpetuus Norvegiae. La monarquía es perpetua. Nadie puede cambiar la naturaleza del régimen—ni el político más ambicioso. Esta consistencia temporal afianza la independencia judicial y la confianza sobre los contratos. El bono a diez años de Suecia rinde 2.09%, el de Noruega 3.70%, el de Dinamarca 2.04% [5].
Estos países son considerados AAA por las agencias de rating crediticio. Cada día me vuelvo más partidario de las monarquías constitucionales—o al menos de regímenes republicanos con dualidad presidente/primer ministro. Son mucho más republicanos que las pseudo-repúblicas hiper-presidencialistas como la nuestra. Dato: Finn Kydland es noruego.
[1] La Saga des rois de Danemark. Traduite du norrois et présentée par Simon Lebouteiller. Toulouse: Anacharsis Éditions, 2024.
[2] Michael Barnes. A New Introduction to Old Norse, Part I. Londres: Viking Society for Northern Research, 2008, p. 92.
[3] "Finn Kydland interview", The Nobel Prize, 2008.
[4] Un día después de publicada la primera versión de esta entrada, leo este tuit en @lanacionmas: "Milei sueña con un cambio de régimen." En su editorial, Luis Majul aseguró que el presidente busca “no solo ganar las elecciones legislativas del año que viene, sino con algo más ambicioso y fundacional”. Es exactamente el punto que intento reflejar.
[5] En 1802, Jacques Necker advierte que la Francia de Bonaparte debe pagar 9% sobre su deuda, en lugar de 3% en el Reino Unido. La razón: las dudas sobre la estabilidad del régimen ("Crédito", Contrapesos, septiembre de 2010). Mariano Moreno, que seguramente debatía la forma de gobierno con Manuel Belgrano —gran partidario de una monarquía constitucional— conocía bien los escritos de Necker [ver].
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