VIAJE A BILBAO

Por FRM 

Fuimos en un viaje de cuatro días a Bilbao con intención de conocer el Museo Guggenheim y la ciudad. Nos quedó tiempo para visitar Getxo y ver el mar. Fundada en el Siglo XIV, la ciudad siempre tuvo cierta relevancia económica por las minas de hierro en la región de Vizcaya. Bilbao es un caso modelo por su transformación. En los últimos 20 años, pasó de ser una ciudad industrial —que dependía de la siderurgia— a ser una ciudad de servicios. Obviamente después de la inauguración del Guggenheim, el turismo pasó a ocupar un lugar fundamental.

El Museo Guggenheim excedió nuestras expectativas, que eran muchas [ver]. El edificio de Frank O. Gehry es fabuloso. Pasamos horas dando vueltas alrededor del edificio para tomar fotos de todos los ángulos. El emplazamiento en la ría de Bilbao es también espectacular. La exposición de instalaciones de un coleccionista griego nos resultó menos interesante que el edificio.

Por suerte, el interior del edificio es también increíble y merece un recorrido de varias horas. La exposición permanente de las esculturas de Richard Serra fue una sorpresa muy interesante [ver].

Gracias a la generosidad de una amiga de Bilbao pudimos visitar la Universidad de Deusto que tiene un paraninfo y una biblioteca antigua revestida en madera que parece salida de una película inglesa. La caminata por el Casco Viejo y las siete calles es un paseo obligatorio. Finalmente, visitamos la mediateca diseñada por Philip Starck a partir de un viejo edificio que fue un almacén de vino y ocupa una manzana del Ensanche [ver].

El lugar muestra el poder económico de esta ciudad. En otras ciudades, esta manzana hubiera terminado convirtiéndose en un shopping. Los bilbaínos hicieron una plaza seca, una sala de exposiciones, una mediateca, un teatro, cine y una piscina. Los espacios comerciales —que incluyen una tienda y un restaurant— son muy discretos.

Direccionario
Paramos en el tradicional Hotel Carlton en Plaza Moyua. Un antiguo hotel cuyas habitaciones —recientemente modernizadas— ofrecen todas las comodidades del siglo XXI. El ómnibus del aeropuerto nos dejó frente al hotel. Para tener en cuenta: el hotel ofrece grandes descuentos cuando las reservas se realizan con mucha anticipación.

Para desayunar fuimos a la heladería Alaska que tiene el major café de la ciudad y probamos las tostadas de Carnaval (rodajas de pan grueso sumergidos en leche caliente con azúcar y canela que luego son pasadas por huevo y fritas). También visitamos el Café Víctor en la Plaza Nueva del Casco Viejo. De un lado de la plaza está el café y del otro el restaurante.

Fuimos de tapas o pintxos como dicen en el País Vasco. Recomendamos La viña del Ensanche y El Globo frente a la Diputación. También probamos los pintxos de los cafés La Granja e Iruña. En la Granja se acostumbra a comer pintxos con cava mientras se presencia espectáculos musicales [ver]. Como no podia ser de otra manera, comimos bacalao a la vizcaína en el restaurante Serantes a la vuelta del hotel.

Cuando decidimos ir de shopping, nos recomendaron visitar los outlets de El Corte Inglés, Cortefiel y Purificación García en Barakaldo. Se llega en metro desde Plaza Moyua en aproximadamente 30 minutos. Purificación García resultó ser mi tienda favorita este viaje. 

No pude con mi genio y fui a Subastas Bilbao XXI a ver qué tipo de cosas venden las familias vascas. Noté que más allá de los estilos y gustos, los objetos eran de mayor calidad que en las subastas de Barcelona. También pasé por El Rastrillo, una tienda de objetos de segunda mano y curiosidades que queda cerca de Plaza Moyua.
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