Sunday, October 13, 2013

¡SWAPS!

AM | @agumack

Desapercibida en medio del shutdown-show, la noticia del acuerdo de "swap" de monedas por €45bn entre el Banco Central Europeo y el People's Republic Bank of China es de lejos la más importante de la semana. Estos acuerdos —también llamados swaps de liquidez— son esencialmente líneas de crédito bilaterales entre dos bancos centrales. En caso de necesidad, el banco central A le presta al banco central B en la moneda de A.

De esta manera, B está en condiciones de prestar, por ejemplo, a los bancos bajo su jurisdicción, pero en una moneda que no emite. El ejemplo más interesante de los últimos años fue el acuerdo Fed-BCE de noviembre de 2011, pactado a la Overnight Index Swaps Rate + 50bps [ver]. Debido a la crisis de la eurozona, los bancos europeos sufrieron un brusco problema de fondeo en el mercado mayorista de Nueva York. Como el BCE no podía emitir dólares, tomó prestado de la Fed.

Las operaciones con la Fed pueden rastrearse en el balance semanal. A finales de 2011, el BCE había tomado prestado más de $100bn (ver la línea Central bank liquidity swaps en el activo del balance). Una vez pasada la tormenta, los bancos europeos fueron devolviendo los dólares al BCE, y éste último a la Fed: en febrero de 2013, el stock de swaps se reducía a $5.2bn [ver]. Es importante notar que, con estas operaciones, la Fed no asumía "riesgo Deutsche Bank", sino "riesgo BCE". ¡Pero sí emitía dólares a favor de los europeos!

* * *

Desde la crisis de Lehman Brothers, estas operaciones han alcanzado una amplitud sorprendente. El paso decisivo fue dado por la Fed en septiembre-octubre de 2008, cuando el pequeño "club" de bancos centrales —Fed, BCE, BoJ, BoE, SNB— se transformó en una imponente red (network) de swaps de liquidez en dólares. En esas semanas dramáticas, la red se extendió a los bancos centrales de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Dinamarca, Noruega y luego Singapur, Corea del Sur, México y Brasil. Por su falta de independencia, el BCRK fue (naturalmente) excluido.

¡China!
Frente a la imponente demostración de soft power occidental, el People's Republic Bank of China cerró, a los apurones, operaciones de swap con los bancos centrales de Argentina y Bielorrusia (2009). Pero la naturaleza de estos acuerdos parece haber cambiado en los últimos años. Ahora se celebran no en respuesta a crisis financieras, sino en previsión de necesidades comerciales. Así debemos entender los últimos acuerdos de China con Nueva Zelanda, Australia y la Eurozona. Nadie imagina una crisis de liquidez en EUR en Beijing o de RMB en Frankfurt. En cambio, las necesidades de cobertura cambiaria motivadas por el intercambio comercial pueden, eventualmente, "gatillar" el uso de estas mega-líneas de crédito.

Desde el punto de vista de la gobernanza, el acuerdo ratifica la independencia de facto del banco central chino [ver]; es prácticamente impensable imaginar una serie de mega-devaluaciones en el gigante asiático como respuesta a eventuales crisis. Los camaradas ratifican así el cambio de modelo que muchos le exigen a China: graduarse de periferia exportadora a centro de crecimiento e innovación. Esto requiere, entre otras cosas, reformas políticamente muy difíciles. Los acuerdos de swap van esa dirección — significan una importante mejora de China en el Índice de Contrapesos institucionales [ver].

(*) Este es el comunicado del BCE. 
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