Sunday, October 27, 2013

EYPHKA O EUROKA: DE UN ARGENTINO CON PASAPORTE ESPAÑOL ENTRANDO A BOGOTÁ

Por Le Philosophe

Al llegar a Bogotá el policía de fronteras de turno, al ver mi pasaporte español, me realizó todo tipo de preguntas sobre mi estancia y actividad laboral que se desvanecieron cuando, cansado de tanta repregunté, le aclaré que tenía también un pasaporte argentino. En un principio intenté comprender que, frente a la percepción (cierta o no) de que Europa vive una crisis terminal y que América Latina se vuelve a convertir en la tierra de oportunidades, el policía colombiano quisiera “vengar” un poco la historia y el —otra vez relativo— maltrato que los inmigrantes latinoamericanos sufren en Europa.

Quedé un poco más asombrado cuando, en una reunión de trabajo con colegas de América Latina y Europa,  me comentaron la existencia del término Euroka — devenido del triste Sudaca con el que muchas veces los españoles se referían a los latinoamericanos. Como si la historia se hubiera dado vuelta y ahora, por fin, América Latina pudiera con orgullo “vengar” su historia.

No me extrañó del todo. En Buenos Aires había escuchado ya,  en muchas ocasiones,  a mis compatriotas referirse a esta nueva ola migratoria europea con cierto desprecio. Sin ir más lejos, la Presidenta Fernández contestó a un periodista del  diario El País con la frase “Qué viene a decir Ud. a mí, si España se cae a pedazos.” Ya no se trataba de un policía de mal humor, o de individuos con miopía pasional y enojo histórico, sino de “cierto fenómeno” social avalado por discursos oficiales.

* * *

Mi preocupación no se debe a los efectos perversos de cualquier discriminación casi normal a las olas migratorias. Se debe, otra vez, a la miopía de una América Latina que crece al ritmo del precio de los commodities pero que dista de ser el paraíso de las oportunidades y la libertad y seguridad. Solo basta con caminar por Buenos Aires, Bogotá o San Pablo  y luego por Barcelona, Ámsterdam y Berlín para graficar el punto de que —salvo en caso de casualidades históricas como el caso del aumento de los precios internacionales de los commodities— son las instituciones las que auspician el crecimiento económico sostenible y no al contario. Este crecimiento, el que es producto y no causa, termina garantizado la vida y la libertad con igualdad. El otro, solo enriquece a una parte y es incapaz de garantizar la vida, la propiedad y la libertad.  

¡El crecimiento económico no basta! ¡No alcanza! ¡Es consecuencia, no causa!.

Sin entrar en detalles al respecto, me parece del todo claro que ni Europa se incendia, ni América Latina es el paraíso en la tierra — muy lejos de ello.

Ahora bien, de lo que se debería tratar la “crisis financiera” europea para América Latina es de una oportunidad que se abre para “atraer y captar” conocimientos, valores y capacidades. Pero, el caso de que muchos europeos busquen emigrar a América Latina , en vez de ser visto como una oportunidad se convierte poco a poco para cierto discurso populista latinoamericano en una oportunidad de revancha.

El populismo se encarga de encender las pasiones mientras los Estados carecen de cualquier política (en este caso, una política migratoria ordenada y con cierta dirección política para atraer a profesionales capacitados que aporten un valor real a las sociedades latinoamericanas –del que muchas veces carecen o simplemente, le supondría un ahorro en el costo de la formación de esos profesionales.)

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Arquímedes descubría la propiedad de la densidad y gritaba Eureka por las calles de Siracusa festejando que “lo había encontrado” que “la idea había ido a él”. Colombianos y Argentinos (por no decir Brasileños y Chilenos, Ecuatorianos y Peruanos) van gritando Euroka por Bogotá, Buenos Aires o San Pablo frente al hecho de encontrarse con europeos que van hacia ellos. Arquímedes festejaba el encuentro de la idea, estos la rechazan.

Populismo y Vanagloria, una combinación que reina hoy en una América Latina condenada a su propia incapacidad de generar instituciones que permitan que el crecimiento económico se convierta en prosperidad y que sus ciudades se conviertan en un oasis de seguridad y desarrollo. Una América Latina que está convencida de que todo pasa por una cuestión de una explosión de crecimiento económico…cuando de lo que se trata es de generar prosperidad y valor. Algo para que, εὕρηκα!, los Eurokas podrían ayudar…

….pero para eso, habría que aceptar el lugar en el mundo que nos toca, y mirar a países que han realizado sus caminos sacando provecho de olas migratorias como Canadá, Australia, Nueva Zelanda o revisar las políticas migratorios de Suecia, Noruega….

En el fondo, para eso habría que contener las pasiones, ser humildes y, sumergirse un rato en la bañera…como Arquímedes. Quizás así, los latinoamericanos, veamos el material real de la corona de nuestros Estados….
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2 comments:

  1. LP: muchas gracias por estas valiosa lineas!! Lo de Eureka / Euroka es genial. Pero debo decir que, al releer estas lineas, me entra una duda. Una cosa es que los inmigrantes se adapten y contribuyan a crear riqueza, y otra es la cara con la que se los mira al llegar. Los irlandeses, italianos y judíos de Europa central que llegaron a América hace 2 o 3 generaciones no fueron recibidos con sonrisas, que yo sepa...

    Saludos,

    AM

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  2. Lo que para mi dice el artículo es que está claro lo que muchos no quieren ver, que en el caso de América Latina, los números "puros y duros" son la teoría y las instituciones (la vida diaria) es la práctica. Lo que de verdad vale. Sólo una fuerte migración europea puede hacer dar vuelta esta realidad. No hay salida en el mediano plazo para Latinoamérica.

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