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"Checks and balances are our only security" — John Adams
[1] Aristocracia, oligarquía. Siempre hubo y habrá aristocracias, decía John Adams. La aristocracia es simplemente el grupo de ciudadanos que se destaca por sus virtudes y/o sus talentos, y que goza de la admiración de muchos. Pero hay un problema: sus miembros más ambiciosos siempre intentarán 'copar' los poderes del Estado. Cuando logran controlar la justicia y la prensa —y cuando convierten su influencia en privilegios hereditarios—, degeneran en ... oligarquía. De ahí las campañas por la re-re-re-re-re-elección. El País publica una nota sobre los 'boligarcas', individuos cercanos al des-gobierno de Chávez-Maduro que ahora invierten fortunas en Miami (*). Algo parecido vemos en Argentina, Ucrania, Rusia, Irán, China—y acaso también en Catalunya, con el caso Pujol. En los Estados Unidos, la aristocracia 'natural' de los Bill Gates, Mark Zuckerberg y compañía también desearía convertirse en oligarquía. No tengas dudas. Pero allí cuesta más: todavía funciona, mal que mal, la separación de poderes y el imperio de la ley.
(*) "La cara 'boliburguesía' de Miami", El País, 4 de agosto de 2014.
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[2] Justicia. Sigue el colapso de la justicia argentina. Esto dice hoy La Nacion: "De 2012 a la fecha, el 95 por ciento de las causas por narcotráfico, con condenas de entre 3 y 13 años, dictadas por Tribunales Orales en lo Criminal Federal fueron anuladas cuando llegaron a la Sala II de Casación, integrada por Alejandro Slokar y Ángela Ledesma" (*). El camarista Slokar, nota bene, es miembro de la agrupación oficialista Justicia Legítima. Según el diario, el Sr. Slokar "pidió a sus colegas de la Cámara Nacional de Casación Penal que no se difundieran noticias de ese tribunal." El des-gobierno argentino no dudará en mantener los escandalosos privilegios de sus miembros aún a costa de alianzas con China y Rusia, o a costa de convertir el país en un paraíso para narcotraficantes. Luego te piden confianza, crédito, etc.
(*) "Someter a la Justicia", La Nación, 4 de agosto de 2014.
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[3] Ai Weiwei. Soy un hincha declarado del gran artista chino Ai Weiwei. En 2010 publiqué una entrada sobre su entrevista al Financial Times, donde afirma que —a pesar de los grandes progresos verificados desde 1978—, China sufre por "la falta de una justicia independiente" y por los "límites a la libertad de expresión" [ver]. Ai Weiwei vuelve a la carga en esta nota donde critica el impacto de la negación/falsificación de la historia, en particular en lo referido a las calamidades de Mao: "Because there is no discussion of these events, Chinese still have little understanding of their consequences [...] How can a government that alters or even completely erases history, acknowledge its faults and adjust its actions in the future?" (*). No hay nada más importante que la historia. Ai Weiwei tiene razón—una vez más.
(*) Ai Weiwei: "What Chinas Loses by Forgetting", Bloomberg View, 3 de junio de 2014.
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