Las reuniones con las chicas, además de ser muy divertidas cuando hay un par de copas encima de más, terminan siempre desembocando en cómo seguir nuestros caminos en un país que de uno u otro modo nos excluye sin entender bien el por qué. Dicen que los borrachos no mienten, pero esto no deja de ser en el fondo la preocupación creciente por las problemáticas que nos invaden. Alguien me podría cuestionar en mi estudio anterior, que no todo pasa por una cuestión de ingresos o mejor dicho lo puramente monetario, por lo que no sería el modo de argumentar una relación de un fenómeno social. También me acusarían de que no consideré el total de la Argentina y que por lo tanto no explica en su conjunto.
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De este modo evalué la participación de la población en la actividad económica según logro educativo alcanzado—como la decisión de trabajar. Puede observarse en el cuadro que existe también diferencia según género.
Para la totalidad de los aglomerados del segundo trimestre del 2013, los hombres entre 25 y 49 años de edad (años centrales para emplear la fuerza de trabajo) poseían un 66,83% de contribución a la actividad económica, mientras que para igual trimestre y año la participación de la mujer era tan sólo un 48,80%.
La conclusión a la vista de lo observado es que los más educados participan más que los menos educados, consecuentemente la participación se incrementa a medida que lo hace el grado de instrucción alcanzado.
El cuadro permite apreciar la dispersión por género y brechas educativas en la participación económica al centro de la Argentina. Por consiguiente lo notorio es que la menor participación de un aglomerado se explica por una menor participación relativa de los menos instruidos.
Un ejemplo para visualizar la mayor brecha de actividad que existe entre las mujeres es el caso de Formosa, con un 73,84% entre aquellas que completaron la primaria y las que tienen un título universitario. Poseen un nivel de participación del 20,73% para las primeras y un 79,24% para las segundas—cuya tasa promedio es de 46,45%. Mientras que Concordia tiene una tasa del 48,11% y su diferencia es menor: un 36,02% de participación para mujeres con primaria completa contra un 70,83% para aquellas que alcanzaron a completar la universidad. De todas formas, estos niveles siguen siendo elevados a contraposición de los hombres, donde su máxima brecha de actividad la posee Neuquén con una diferencia del 33,32% entre el más y menos educado.
Pero si hacemos foco en la participación de las mujeres con universitario completo, esta es de un 80% aproximadamente para la Argentina, lo que significa que hay un importante flujo de profesionales femeninas decidiendo trabajar. No puedo dejar de hacer la salvedad de preguntarme a qué precio, mejor dicho cuál es el promedio salarial para estas mujeres. Por lo tanto, regreso al modelo anterior sobre primas salariales obtenidas, y me reformulo el planteo que con las chicas nos hacemos, ¿nos alcanza?
Nadie quiere dejar sus raíces, es muy doloroso, al menos nosotras ya hemos pasado por ese sentimiento. Adaptarse a otra cultura aún es más difícil. Si me juzgan porque no quiero a mi país, diría que nadie deja de amar a sus padres —la sangre es sangre—, pero si ellos me han golpeado esta en mí no dejarme seguir lastimando.
(*) Especial para Contrapesos. Ver Parte I. No hemos editado el gráfico, pero podemos mandarlo por mail.
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Muchas gracias por las notas! Tuvieron cerca de 600 lectores en dos días, todo un éxito (son más lectores que en mis propias notas). Tengo cuatro sobrinas argentinas (28, 25, 22 y 19 años). Cada una tiene tres idiomas, bachilleratos internacionales, buenos títulos. Dos ya están en Europa, y las otras dos buscando irse del país. Qué desastre! Qué manera de perder capital humano, y de subsidiar a otros países!!!
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