Sunday, October 18, 2009


LA COLUMNA DE F&C. "PAX CONNECTADA": UNA NUEVA ERA EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Por Agustín Mackinlay (*)
agustin_mackinlay@yahoo.com

El acuerdo diplomático entre Turquía y Armenia marca el comienzo de una nueva era en las relaciones internacionales: la Pax Connectada. Olvídese de la Pax Romana, de la Pax Britannica, y de la fugaz Pax Americana. La garantía de la nueva era de paz que estamos inaugurando no depende del dominio militar de una nación hegemónica, sino del imparable aumento de la conectividad. Antes de ir más lejos, una advertencia: la Pax Connectada no significa el fin del conflicto como tal, ni la superación de desastres que invariablemente se abatirán sobre la frágil humanidad. Lo que ha cambiado es la esencia del conflicto y de los (potenciales) desastres. La virtual abolición de la guerra tradicional cede el lugar al conflicto conectados vs. desconectados; los nuevos desastres, a su vez, serán consecuencia de la propia conectividad: crisis financieras, catástrofes ambientales, epidemias globales, 'narco-guerras', etc. En la era del globalismo, el costo del conflicto Estado-Estado se ha transformado en imposiblemente alto. Las masacres en escala industrial que presenciamos durante el siglo XX —entre 78 y 95 millones de personas muertas en dos guerras mundiales— no se repetirán en el siglo XXI. Uno de los pocos conflictos recientes entre Estados —la drôle de guerre en Georgia— duró menos de una semana. En pocos días, el descalabro del hiper-conectado mercado de crédito de Moscú forzaba al Kremlin a retirarse ...

Istambul, o la Pax Connectada
La "era nuclear", argumenta David von Drehle en la revista Time, es la verdadera responsable de la nueva paz mundial. Puede ser. Pero es la divulgación del conocimiento propia de la conectividad que hace posible la (¿inevitable?) entrada en escena de Irán en el club de las potencias nucleares. En todo caso, las miradas están hoy dirigidas hacia ... Turquía. Istambul, la capital financiera de Turquía, acaba de anunciar el lanzamiento del índice bursátil Greece & Turkey 30 Index, que incluye las quince mayores compañías de cada país. ¿Qué está sucediendo? Los antiguos enemigos saben que —si quieren prosperar en el mundo conectado— necesitan bajar el costo del capital y proveer adecuadas fuentes de financiamiento a los emprendedores de sus respectivos países. La iniciativa marca una espectacular confirmación de los recientes acuerdos diplomáticos entre Turquía y Armenia — otro producto de la conectividad comercial. Cada nueva era genera un nuevo vocabulario. Turquía no es ni amiga y ni enemiga de Grecia, ni amiga ni enemiga de Armenia. Estas naciones son ahora friends and enemiesfrenemies. Podríamos decir: eneamigos. Compiten entre sí, pero se necesitan mutuamente.

La pareja más importante de frenemies es, sin dudas, la formada por los Estados Unidos y China. Las relaciones comerciales y financieras entre ambas naciones son tan estrechas que algunos se refieren al G-2, o directamente a Chimerica. A partir de 1978, China optó por un modelo de desarrollo económico similar al de Europa Occidental (y Japón) al finalizar la Segunda Guerra: exportar al 'Gigante' americano. Los principales ingredientes de esta estrategia son: una moneda sub-valuada, un estricto control de capitales, y un masivo reciclaje de fondos al mercado de crédito de Nueva York. Tal como había diagnosticado Jacques Rueff en 1961 para el Bretton Woods original, el nuevo Bretton Woods alimentaría la creencia de un déficit estadounidense "sin lágrimas" — con las consecuencias por todos conocidas. Hoy en día está muy de moda indignarse por la codicia de Wall Street: ¿Pero podía acaso evitarse esta codicia con China reciclando $1.5 trillion en Nueva York? Así las cosas, los "eneamigos" no tendrán más remedio que sentarse a negociar un nuevo orden monetario internacional. Ambos desearían prolongar el statu quo: Estados Unidos para financiarse a bajo costo, China para crecer sin introducir molestas reformas institucionales. ¿Pero será posible?

Las consecuencias de la Pax Connectada
Entender la Pax Connectada nos ayuda a entender mejor la naturaleza de los conflictos del futuro. Cuando Nueva York fue atacada por terroristas islámicos en 2001, reapareció el ancestral temor a la guerras religiosas. Pero Thomas Barnett, uno de los mayores pensadores de la conectividad, de inmediato advirtió: "Es un conflicto entre conectados y partidarios de la des-conexión, no entre religiones". Los recientes ataques a instalaciones petroleras chinas en el delta del Niger confirman la visión de Barnett: si China se ve beneficiada con la globalización y la conectividad, también será atacada. La Pax Connectada virtualmente elimina la idea de guerra Estado vs. Estado: esta es acaso su mayor virtud. Pero la lista de problemas no dejará de crecer. Las naciones enfrentarán la alternativa de una conectividad "light" con pocas responsabilidades en la escena global, o de una conectividad plena — pero con un papel creciente en las decenas de instituciones internacionales que serán creadas y/o reforzadas en los próximos años.

La Argentina del "vivir con lo nuestro" es la Argentina de la conectividad 'light', de la pobreza y de la exclusión, del despotismo insolente y vulgar. Mientras tanto, el Brasil organiza el Mundial de Fútbol (2014) y los Juegos Olímpicos (2016), y conecta su banco central —independiente del poder político— a la red de los principales bancos centrales del mundo ...

(*) Associate professor de International Political Economy, Universidad de Leiden (Holanda). Drs. en Humanidades, Universidad de Amsterdam (cum laude); Advanced Studies in International Economic Policy Research, Kiel Institut für Weltwirtschaft. Premio Roosevelt Study Center 2006; Premio LA NACIÓN 1989 y 1991.

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