UN SUECO EN BUENOS AIRES

Por AM

Se llama Stefan Gunnarsson; el nombre es ficticio, pero el personaje es real. Es un compañero de clases de tango de mi hermana. Stefan es un fotógrafo sueco fascinado por Buenos Aires. Intentó instalarse en el país, pero se dio cuenta de que no ganaría lo suficiente. Ahora trabaja la mitad del año en Suecia, y pasa el resto del tiempo bailando tango y disfrutando de la vida en Buenos Aires. (Sus compañeros le pusieron 'sueco puto' porque se viste de manera sofisticada, con pantalos estrechos, etc.)

Stefan no puede creer lo que ve en la ciudad: restaurants y salas de teatro abiertos a la una de madrugada, gente en bares hasta muy tarde, movimiento por todas partes. En Suecia, aparentemente, no hay mucho de eso. Las sociedades escandinavas, continúa el fotógrafo, pecan de un exceso de 'auto-vigilancia', de normas, de rigidez mental y burocrática, etc. Todo esto está creando un clima de insatisfacción que tarde o temprano generará algún tipo de estallido.

Lo dijo semanas antes de la masacre de Noruega.
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