"This disinclination, when at its extreme point, is called a panic" — John Stuart Mill
Por AM
[1] John Stuart Mill & la grandeza de Turgot. Mi amigo Le Philosophe [ver] estuvo de visita en Ámsterdam. Al despedirnos, nos pusimos a conversar sobre Turgot y Condorcet. Yo resalté la grandeza de Turgot, expresada en una idea particular: las crisis fiscales no pueden entenderse fuera del marco institucional que las genera. Como ministro de finanzas de Luis XVI, Turgot intenta reducir el "gasto inútil", pero sabe muy bien que sin libertad de prensa, sin representación política, sin formas legales, los ciudadanos carecerán de la indispensable SEGURIDAD sobre su vida y sus bienes. En consecuencia, como contribuyentes exhibirán una extrema renuencia a repatriar capitales y a pagar impuestos [ver]. El propio ministro da el ejemplo al permitir la publicación de un libro de Necker criticando su programa económico. ¡Grande Turgot! Hojeando la autobiografía de John Stuart Mill, veo que el pensador inglés era otro admirador, y que consideraba la Vie de M. Turgot (1786) por Condorcet como una obra digna de ... ¡Plutarco!
The same inspiring effect which so many of the benefactors of mankind have left on record that they had experienced from Plutarch's Lives, was produced on me by Plato's pictures of Socrates, and by some modern biographies, above all by Condorcet's Life of Turgot; a book well calculated to rouse the best sort of enthusiasm, since it contains one of the wisest and noblest of lives, delineated by one of the wisest and noblest of men. The heroic virtue of these glorious representatives of the opinions with which I sympathized, deeply affected me, and I perpetually recurred to them as others do to a favourite poet, when needing to be carried up into the more elevated regions of feeling and thought. I may observe by the way that this book cured me of my sectarian follies. The two or three pages beginning "Il regardait toute secte comme nuisible," and explaining why Turgot always kept himself perfectly distinct from the Encyclopedists, sank deeply into my mind. I left off designating myself and others as Utilitarians, and by the pronoun "we" or any other collective designation, I ceased to afficher, sectarianism.
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[2] John Stuart Mill & la tasa de interés. No se pierda el capítulo de los Principles of Political Economy (1848) dedicado a la tasa de interés: "Of the Rate of Interest". Según Mill, el mercado de crédito debe ser nítidamente separado del mercado de dinero. (Me pregunto si el mundo actual, con la securitización y la des-intermediación bancaria, no refleja condiciones similares). La tasa de interés se determina en el mercado de préstamos, de la misma manera que se establece el precio de las manzanas o de las naranjas: "The rate of interest will be such as to equalize the demand for loans with the supply of them. It will be such, that exactly as much as some people are desirous to borrow at that rate, others shall be willing to lend. If there is more offered than demanded, interest will fall; if more is demanded than offered, it will rise; and in both cases, to the point at which the equation of supply and demand is re-established". El análisis del flight-to-quality es magistral: estos episodios pueden entenderse como una general disinclination to lend, exactamente como sucedió en 2008 con Lehman Brothers. Mill reconoce la complejidad inherente del mercado de crédito: tanto la demanda como la oferta de préstamos están sujetas a múltiples fuentes de cambios. Notamos, finalmente, que el autor no menciona la hipótesis de Montesquieu-Galiani-Smith acerca del gobierno despótico y su impacto (negativo) sobre la "oferta de préstamos". En la óptica de John Stuart Mill, el triunfo del orden liberal está definitivamente asegurado; la propiedad es una categoría fija, estable, indiscutida. ¿A quién le interesa la ausencia de independencia judicial y de libertad de prensa? ¿Cómo es posible imaginar algo tan retrógrado?
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