Wednesday, March 10, 2010

UN GESTO HEROICO DE LA CORTE SUPREMA. ¡VAMOS TODAVÍA!
" ... los prodigios de los tiempos heroicos" — Mariano Moreno

Por AM

Borges lamentaba la completa desaparición del heroismo. En conversaciones con Bioy Casares, a menudo citaba la gesta de las Termópilas. La politóloga francesa Cynthia Fleury, que acaba de publicar La fin du courage (Paris: Fayard, 2010) [ver], define el coraje como una "virtud democrática". Heroismo, coraje: de eso se trata precisamente con el comunicado de ayer de la Corte Suprema de Justicia. ¡Vamos todavía! Lo que más me gustó fue el lenguaje utilizado: "... expresarse con mesura y equilibrio ... las leyes se aplican a todos por igual". Toda una lección de imperio de la ley. La mejor parte es la mención a la independencia judicial: "El límite de las críticas es la razonabilidad y el respeto a la garantía de independencia judicial que esta Corte está obligada a preservar como cabeza de un poder del Estado". ¡Excelente! Muchos comentaristas todavía se refieren a la "independencia del Poder Judicial". Es una manera arcaica de escribir, no solamente por las mayúsculas, sino porque deja de lado la doble faceta de la independencia judicial, institucional e individual (la necesidad, para los jueces, de tomar decisiones libres de influencia política o de otro tipo, además de pertenecer a una rama co-igual del gobierno).

Y ya que estamos con cuestiones de lenguaje, dejemos de una vez por todas de referirnos a los integrantes de la Corte Suprema como ministros. Es una terminología del poder ejecutivo, que nada tiene que hacer aquí. Los miembros de la Corte son jueces. Nosotros hemos repetidamente solicitado un mayor protagonismo de la Corte en materia de comunicación. (¡Y lo hemos pronosticado!). Desde su destrucción por el Sr. Menem hace veinte años, el alto tribunal no figura —ante la opinión pública— en la posición que le corresponde. Por eso los jueces de la Corte deben hacer este trabajo de docencia. Necesitamos verlos en las aulas, en TV, en diarios, en internet. Me animo a hacer dos sugerencias adicionales: (1) que los jueces de la Corte vistan una toga sencilla y republicana; esto les daría gravitas, auctoritas, dignitas — en contraste con la frivolidad reinante; (2) que la Corte emita un comunicado explicando que, de ahora en más, respetará sus propios precedentes, como lo hizo en 2000 la Corte Europea de Justicia. Esto generaría una explosión de confianza en el mercado de crédito.

Antecedentes
Adrián Ventura señala un dato importante sobre el comunicado de ayer: la voluntad de lograr un "pronunciamiento institucional y único". El texto fue firmado por seis de los siete integrantes. No es posible leer estas noticias sin recordar la época heroica de la Corte Suprema de los Estados Unidos bajo el liderazgo del juez John Marshall entre 1801 y 1835. Antes de Marshall, la Corte "no existía" políticamente. Al llegar a la presidencia, Thomas Jefferson está perfectamente satisfecho con el reducido status del tribunal (¡cómo cambia la gente cuando llega al poder!). Pero Marshall lo entiende de otra manera, y con su liderazgo virtualmente crea la noción moderna de independencia judicial. (Según el historiador inglés Paul Johnson, la falta de un 'John Marshall latinoamericano' es la mayor tragedia institucional de América Latina). El carisma de Marshall —derivado de su capacidad de auto-contención, y de su nítida distinción entre la esfera política y la judicial— le permite convencer a los "Jeffersonianos" dentro de la Corte (ver el caso del Sr. Maqueda). Por otra parte, Marshall intenta que la Corte funcione como una band of brothers, y percibe la importancia —al menos en un comienzo— de firmar las opiniones en conjunto. Así nace la famosa opinion of the Court. Ayer, la Corte Suprema de la República Argentina funcionó como una banda de hermanos ante el avasallamiento de las instituciones. ¡Continuará!

Recursos. John Edward Smith: John Marshall. Definer of a Nation (Nueva York: Henry Holt, 1996) **IMPERDIBLE**; James F. Simon: What kind of Nation. Thomas Jefferson, John Marshall and the Epic Struggle to Create a United States (Nueva York: Simon & Schuster, 2002). La Nación: "Fuera de la ley"; Adrián Ventura: "La Presidenta acusó a la Corte de querer censurarla", La Nación.
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4 comments:

  1. Hola Agustin,

    Thread-hijacking pero este recuento de un juez mexicano toca el tema los check & balances (en el contexto de un viaje que realizo a Vzla). Bien largo pero vale la pena (varias partes son sin perdida):
    http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=73044#comentarios73044

    Saludos,

    William

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  2. Gracias William. Empecé a leerlo. Seguro que lo citaré, en el blog o en Twitter.

    Saludos,

    AM

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  3. Agustín. Tus artículos, basados en amplísimas lecturas, siempre son dignos de estudiar, gracias por publicarlos. A veces hago un esfuerzo para presentar algún comentario que invite a una discusión. En vano, así que me abstengo. Pero en esta oportunidad veo un cierto paralelo (salvando las distancias, naturalmente) entre:
    por un lado (cito, no sé cómo usar aquí letra cursiva)
    + ---la necesidad, para los jueces, de tomar DECISIONES LIBRES DE INFLUENCIA política o de otro tipo, además de PERTENECER A UNA RAMA CO-IGUAL DEL GOBIERNO---
    (las mayúsculas son mías);
    y por el otro lado:
    + el caso de jugadores de un doble de tenis amateur.
    Al no haber árbitro ni jueces de línea, cada pareja decide sobre los piques dudosos de su lado. Cuando mi compañero canta "out", pero yo estoy convencido de que la pelota fue buena, muy a menudo tengo que escuchar el reproche de 'regalar puntos', pero lo digo porque tomo mi decisión, equivocada o no, de buena fe. Lamentablemente, en muchos casos una discrepancia de este tipo es motivo de discusiones, protestas e inútiles señalamientos de supuestos piques.
    Mis disculpas si se encuentra poco sentido en esta comparación.
    Saludos,
    Federico

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  4. Federico.

    Me encanta tu actitud al jugar al tenis (y al leer con atención el blog). Lo que trato de decir es que si uno se limita a considerar la justicia como un "poder" independiente, no estoy seguro que eso garantice la independencia judicial. Es algo bueno & necesario, pero alcanza? Montesquieu & Hamitlon decían que el poder juidicial "no es nada". Es decir: no controla ni los ingresos fiscales (legislativo), ni monopoliza la fuerza (ejecutivo).

    Más recientemente se lanzó la idea del riesgo de los jueces actuando como "corporación". El jurista argentino Félix Loñ, al respecto, dice que una buena ley del Consejo de la Magistratura puede arreglar el problema dando lugar a la presencia de parlamentarios -- pero bloqueando la posibilidad de un completo dominio político sobre nombramientos y remociones(contra-reforma de Kirchner en 2006).

    Finalmente, los franceses están introduciendo complicados tests psicológicos a jueces para evitar candidatos emocionalmente des-equilibrados!!! Lo que intento decir es, de nuevo, que la "independencia del Poder Judicial" es algo bueno & saludable, pero no alcanza. El objetivo debe ser la independencia judicial!

    Gracias por la posibilidad de aclarar el punto, aunque no sé si lo aclaro o lo confundo más.

    Agustin

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