Thursday, March 25, 2010

TIEMPO & DESPOTISMO
"... igual escrupulosidad [...] en la decision de los juicios, que en sus formalidades" — Mariano Moreno

Por AM

- Sobre la propiedad del tiempo. ¿Es nuestro tiempo una propiedad tan importante como la de nuestros cuerpos o la de nuestros bienes? Es ciertamente lo que pensaban Diderot y Condorcet en su análisis de la esclavitud. Condorcet se refiere a la injusticia de "dépouiller une personne de la propriété de son temps, de ses forces, de ses besoins". Una versión más moderna de esta idea fue expresada recientemente por el Prof. Pedro Salazar Ugarte en su excelente nota para la revista Nexos. El Sr. Salazar asiste en Caracas a un discurso de Hugo Chávez. La cosa empieza mal: Chávez llega 40 minutos tarde. Analizando el discurso, el académico advierte que el problema no solamente está en el contenido — también está en la pérdida de tiempo: "Chávez dejó de hablar después de más de 180 minutos de perorata. Estoy convencido que el despotismo también descansa en esos detalles (aparentemente sin importancia): el tirano se apodera de nuestro tiempo a capricho". ¡Brillante! Sobre todo cuando uno piensa en el contraste entre renovar el registro de conductor en Buenos Aires y hacer un trámite ultra-veloz en la municipalidad de Ámsterdam. Nuestro tiempo es nuestra propiedad y nuestra libertad: por eso recaudan tantos impuestos los holandeses.

- La Sra. Cristina & el espíritu de las formas (i). La Sra. Cristina, en su discurso de ayer, mostró su preocupación por la lentitud con la que avanzan las causas contra los represores del gobierno militar. En febrero escribí cuatro notas sobre el "Espíritu de las formas" (1, 2, 3 y 4); algunas destacan el vínculo entre apuro y despotismo. (Ahora mismo estoy agregando detalles y novedades a estas notas.) Sólo quiero subrayar un punto. La Sra. también atacó ayer a la prensa, calificando a algunos medios de "cuasi-mafiosos". En la nota sobre Constant, queda claro que el respeto por las formas carece de sentido sin una completa libertad de prensa, porque es la única manera de garantizar la publicidad de las formas. De ahí la importancia de notas como la de Adrián Ventura, que nos ayudan a aclarar los aspectos técnicos del tema. El ataque simultáneo a las formas y a la libertad de prensa no es casual.

- La Sra. Cristina & el espíritu de las formas (ii). Conversando sobre estos temas, mi amigo Le Philosophe [ver] recordó un texto de Tucídides que pone de relieve el contraste entre el apuro de Atenas para ir a la guerra y la actitud más cautelosa —más formal— de Esparta. Por mi parte, no dejo de recomendar el luminoso capítulo "L'esprit des formes" de Rémy Hebding en su Benjamin Constant. Le libéralisme tourmenté (Paris: Max Chaleil, 2009) [ver]. Hebding parte del problema de las formas para ilustrar las diferencias entre Jean-Jacques Rousseau y Benjamin Constant. Los partidarios del primero, dice Hebding, han quedado atrapados por una fatal ilusión: la idea del buen poder — que, como tal, puede ser ilimitado. Según Constant, el enojo de los rousseauistas estaba dirigido contra los poseedores del poder (la monarquía absolutista de Francia), pero no contra la naturaleza de ese mismo poder. No alcanzaron a percibir el verdadero significado del poder sin límites. ¡De ahí los Robespierre y los Saint-Just! Las formas están para recordarnos que "todo aquél que tiene poder, tiende a abusar de ese poder: irá hasta donde encuentre límites" (Montesquieu).

Referencias. Pedro Salazar Ugarte: "Chávez: Los Tres Poderes soy yo", Nexos; Joseph Jurt: "Condorcet: l'idée de progrès et l'opposition à l'esclavage", en Pierre Crépel & Christian Gilain (eds.) Condorcet: mathématicien, économiste, philosophe, homme politique (Paris: Minerve, 1989), p. 389; Adrián Ventura: "Una promesa imposible de cumplir", La Nación.
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